Madrid. La izquierda española negocia una alianza electoral ante los comicios del próximo 23 de julio, pero, a sólo dos días de que se venza el plazo para registrarse oficialmente, el acuerdo se resiste a llegar.
El principal escollo está en la confección de las listas electorales y las inquinas, además de rencores acumulados por los distintos actores que participan en la negociación, sobre todo los líderes de Podemos, quienes se niegan a ceder el poder que han concentrado en el núcleo duro del partido, y a la coalición emergente liderada por la vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz, a quien ven como el futuro más prometedor del Partido Socialista Obrero Español, la agrupación hegemónica en el electorado progresista.
Podemos, nacida en 2014, se convirtió en la tercera fuerza política en los comicios generales de 2015 al alcanzar más de 5 millones 300 mil votos y 69 diputados, un hito en la historia política de España. A partir de ahí empezó su declive, con persistentes rupturas, que en la actualidad representan el principal escollo en las negociaciones para conformar una plataforma electoral unitaria en los próximos comicios.
Mientras Podemos exige una presencia similar a la de anteriores elecciones, los otros actores de la coalición no están de acuerdo porque la fuerza electoral encabezada por Pablo Iglesias ha menguado mucho, sobre todo en los territorios donde otros grupos tienen más presencia electoral como Más País, en Madrid; En Comú Podem, en Cataluña, y Compromis, en Valencia.
El plazo vence este viernes, y las fuerzas de izquierda reclaman que no caiga el pacto si se quiere competir con el bloque de la derecha y ultraconservador.