El pintor y escultor abstracto Leonardo Nierman Mendelejis falleció el pasado miércoles 7 a los 90 años. Nacido en la Ciudad de México el 1 de noviembre de 1932, su producción artística incluye también diseño de tapices, murales, grabado y trabajo en vidrio. Su trabajo ha sido llamado “expresionismo mágico”.

De niño quiso ser violinista, incluso se dedicó al violín a lo largo de dos décadas. Asistió a clases en el Conservatorio Nacional de Música, y llegó a dar algunos recitales en el Palacio de Bellas Artes. Aunque con el tiempo desistió de ser músico, llegó a la conclusión que su estudio del violín le dio una filosofía de vida y lo preparó para pintar y hacer escultura.

El Dorothy Chandler Pavillion, de Los Ángeles, resguarda un tapiz de Nierman, mientras que una obra suya se exhibe de manera permanente en la Sala Nezahualcóyotl, del Centro Cultural Universitario, de la que era asiduo. Siempre fue un gran melómano y todo un personaje del mundo musical.

Al dejar la música Nierman empezó a sentirse atraído por el color. En 1951 se graduó de la preparatoria, con especialización en física y matemáticas. Posteriormente, estudió la psicología del color y la forma en cuerpos estáticos y en movimiento. Egresado de la carrera de administración de empresas, nunca la ejerció porque ya había empezado a pintar.

Para realizar su primer mural en 1956, se citó con David Alfaro Siqueiros para pedirle consejos, que recibió en particular en cuanto a la mezcla de colores. Tiempo después la crítica de arte Raquel Tibol lo invitó a exhibir su obra en el Centro de Deportes Israelí de la Ciudad de México. Aceptó pero convencido si no vendía un solo cuadro, renunciaría. Dos de sus pinturas fueron compradas y luego vistas por el propietario de IFA Gallery en Washington, DC., galería que, desde 1959, ha exhibido su trabajo.

Sus murales se encuentran en muchas de las ciudades principales de México y el extranjero. En 1969 pintó un mural para el departamento de física de Princeton y diseñó las vidrieras del Templo Beth Israel en CDMX.

Sus esculturas en metal se exhiben en universidades, salas de concierto, centros de investigación, bibliotecas, centros culturales, atrios y parques de diferentes países. La Flama del Milenio, se encuentra en Chicago, mientras que Luz eterna en el Centro Médico de la Universidad de Illinois, en la misma ciudad, y Sensación de vuelo en el aeropuerto de San Louis, Missouri.

En sus comienzos la obra de Nierman fue influenciado por Kandinsky, Klee, Miró y de Chirico, así como los movimientos abstracto, cubista y surrealista. Gran parte de su obra posterior, sin embargo, fue moldeada por su interpretación de la naturaleza y una búsqueda de la relación entre el arte abstracto y el cosmos.

Su obra se caracteriza por un movimiento inherente y colores brillantes. Gustaba trabajar con pigmentos puros, ya que la mezcla de colores tiende a opacar el efecto de la luz. Si bien su trabajo es abstracto hacen presencia elementos de la naturaleza como el viento, el agua, los rayos, el fuego y las erupciones volcánicas.