Nueva York. La Organización de Naciones Unidas (ONU) y Estados Unidos señalaron ayer, por separado, que no se puede determinar qué bando beligerante es el responsable de destruir parcialmente la presa hidroeléctrica de Kajovka, bajo control ruso, mientras Alemania señaló que se trató de un acción de Rusia para frenar la anunciada ofensiva de Ucrania, y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) así como la Unión Europea (UE) condenaron el ataque que provocó el siniestro.
La ONU no dispone de información independiente sobre cómo se produjo la rotura de la presa, afirmó el secretario general del organismo, Antonio Guterres, pero aseguró que se trata de “otra consecuencia devastadora de la invasión rusa a Ucrania.
“Los ataques contra civiles e infraestructuras esenciales deben cesar. Tenemos que actuar para garantizar la rendición de cuentas y el respeto al derecho internacional humanitario”, exigió Guterres, y aseveró que se trata de una “monumental catástrofe humanitaria, económica y ecológica.
“Al menos 16 mil personas han perdido ya sus hogares, y el suministro de agua potable segura y limpia está en peligro para muchos miles más”, declaró el secretario general, al añadir que la ONU coordina con Kiev el envío de ayuda, incluyendo agua potable y pastillas potabilizadoras.
La directora ejecutiva del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Catherine Russell, señaló que “las reglas de la guerra son claras: los niños y sus servicios e infraestructura esenciales deben estar protegidos en todo momento”.
Tanto Ucrania como Rusia solicitaron una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU, donde Kiev acusó a Moscú de un “acto de terrorismo ecológico y tecnológico”, mientras la Federación Rusa lo describió de “acto de sabotaje perpetrado por Ucrania”.
El embajador ucranio ante Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, afirmó que se trató de “un acto de terrorismo ecológico y tecnológico, el mayor desastre tecnológico de Europa en las últimas décadas, y un ejemplo más del genocidio de Rusia contra los ucranios”.
Su par ruso, Vasili Nebenzia, afirmó que Ucrania ya había declarado en diciembre su intención de volar la presa de Kajovka, al citar un artículo del Washington Post en el que se afirma que las fuerzas armadas ucranias incluso probaron ataques con misiles Himars contra una de las esclusas de la presa de Novokajovskaya.
La Casa Blanca no puede determinar aún quién es el responsable del siniestro, declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, en tanto que el canciller federal alemán, Olaf Scholz, lo atribuyó a una acción selectiva de Rusia para frenar la anunciada contraofensiva ucrania.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, calificó la destrucción de la presa de “acto escandaloso”, mientras el alto representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, acusó a Rusia de llevar la agresión contra Ucrania a “un nivel sin precedente” y la Cruz Roja advirtió que el ataque “deja a decenas de miles de personas en una situación humanitaria nefasta”.
Por otra parte, una agencia de espionaje europea informó a la Agencia Central de Inteligencia que un equipo de operaciones especiales ucranio tramaba volar el gasoducto Nord Stream tres meses antes de que varias explosiones dañaran ese sistema submarino el año pasado, informó el Washington Post.