Es “muy probable” que México llegue al final de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, que concluye el 30 de septiembre de 2024, con estabilidad en los campos políticos y económicos, sostuvo este martes Jaime Serra Puche, presidente del consejo de administración de la filial mexicana de BBVA, el principal banco en el país.
“Sí se pueda llegar con estabilidad al final del sexenio y por eso las decisiones de inversión van a responder mucho más al efecto de largo plazo que el de corto plazo financiero”, expresó Serra Puche en la reunión nacional de consejeros regionales de la firma.
Para el ex secretario de Comercio y Hacienda, los inversionistas “dirán: ‘tenemos problemas regulatorios, problemas de naturaleza institucional’, pero al final del día la economía mexicana va a salir adelante, va a ofrecer ventajas importantes porque es estructural con respecto a otros países y economías del mundo que también exportan a Estados Unidos”.
La oportunidad de México ante el fenómeno de la relocalización de empresas (nearshoring) y el hecho de que el consumo interno sea el motor que impulse la actividad, también provocaron que el grupo financiero elevara su proyección de crecimiento para este año en un punto porcentual, al pasar de 1.4 a 2.4 por ciento, según expresó, en el mismo encuentro, Carlos Torres Vila, presidente global del grupo.
Serra Puche refirió que en los próximos 12 meses, el país entrará en un entorno de incertidumbre política –como ocurre en cada proceso electoral– y regulatoria, por la eventualidad de cambios a leyes o reglamentos. “Y al mismo tiempo que esto ocurre, en los próximos 12 meses tenemos una grandísima oportunidad que es el nearshoring”.
Vientos a favor: Torres Vila
Por su parte, Carlos Torres Vila expuso que el fenómeno del nearshoring se convierte en un “viento a favor” para prácticamente todas las industrias en el país, por lo que consideró “crucial” generar un entorno que propicie las inversiones de los sectores público y del privado.
“México es un candidato natural para la reubicación de procesos productivos. La manufactura mexicana es una de las más competitivas a nivel mundial y el nearshoring representa un viento a favor, especialmente para industrias como el real estate industrial, la infraestructura, de transporte, la construcción, pero en general, afecta positivamente en todas las industrias”, dijo Torres Vila.
Durante su participación en el evento, precisó que la relocalización de empresas y la inversión privada que pueda llegar al país representa “una oportunidad histórica para México con un enorme potencial de crecimiento”.
“Para poder aprovechar bien esta gran oportunidad que tiene México es crucial que se dé el entorno que permita atraer esa inversión, y eso requiere que se resuelvan muchas cuellos de botella: en la falta de infraestructuras, de mano de obra, de energía y sobre todo energías limpias, y las políticas públicas son esenciales para que esta inversión ocurra en la realidad”, concluyó.