La relocalización de cadenas de suministro hacia México, conocida como nearshoring, ha derivado en anuncios de inversión por 13 mil millones de dólares en lo que va del año, monto que está subestimado, pues no todos los proyectos se publican, ni tampoco refleja el potencial de los que ya previstos por las empresas, destacó Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público.
“Hay muchas razones por las que México es el candidato natural para aprovechar esta coyuntura de la relocalización”, enfatizó el funcionario. Entre las principales: la situación geográfica que le hace compartir una frontera de 3 mil kilómetros con el principal mercado del mundo; una población joven y bien calificada; un amplio territorio con recursos naturales; y tratados comerciales que le dan acceso preferencial a 50 economías que representan poco más de la mitad del producto interno bruto (PIB) mundial, enumeró.
Entre los indicios que exhiben el volumen de operaciones que se están moviendo hacia México, destaca el 97 por ciento de ocupación en espacios industriales del norte del país, y el incremento de más de 100 por ciento en el área de construcción de naves en ciudades como Guadalajara y Ciudad Juárez, explicó el secretario, durante su participación en la Reunión Nacional de Consejeros Regionales de BBVA.
Ramírez de la O dijo a los banqueros que, en la medida que los beneficios de la relocalización se sigan materializando, “será indispensable” movilizar recursos y desarrollar mecanismos que amplíen el financiamiento para el sector productivo. “La banca comercial tiene el mayor reto para responder de forma ágil a las necesidades de financiamiento de la industria y de las nuevas empresas vinculadas a estas oportunidades”.
El secretario ratificó que no habrá incremento de impuestos en lo que resta del sexenio. El objetivo es “hacer más con lo mismo”, como empeñó su palabra el presidente Andrés Manuel López Obrador. Mantener este compromiso, dijo Ramírez de la O, deja “un voto implícito a la credibilidad”, para que en adelante si se plantea algún cambio no existan resistencias de ningún sector.
Desechada la posibilidad de una reforma fiscal en esta administración, pese a gastos obligatorios crecientes, Ramírez de la O dejó en el margen la advertencia para posteriores administraciones: “sería muy mala idea para cualquier gobierno, como lo hemos visto en otros casos, iniciar un periodo con un aumento de impuestos”.
En una intervención que pasó por el valor de la infraestructura pública en el sur del país –que “está aumentando 120 por ciento” en la actual administración–; la compra de plantas a Iberdrola –una “cuestión de semanas para firmar”–; la promoción de estímulos fiscales regionales; así como el cierre de sexenio y el objetivo de no dejar obras tiradas; el secretario abundó sobre los apoyos a Petróleos Mexicanos (Pemex), en un contexto de menores precios del petróleo a nivel internacional.
“Hacienda siempre va a estar lista para auxiliar en los casos en los que falte liquidez (...) eso está solventado de inicio, es una declaración de base que se mantendrá toda esta administración”, destacó. Explicó que, si bien las obligaciones de la petrolera están respaldada por el soberano, no se pueden absorber directamente porque “las limitaciones legales para hacerlo son infinitas”.
La deuda de Pemex es 10 puntos del PIB, mientras la soberana alcanza 49. “No es mucho”, pero las maniobras de acción están acotadas por la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, que el presidente Andrés Manuel López Obrador no promovió cambiar, “para que no se mal interpretara la intención de inicio”, refirió el secretario.
Así que, en el caso de Pemex, “vamos a navegar con este esquema, muy en forma ad hoc, para las condiciones de cada año”, recalcó. Sobre la caída en los ingresos petroleros, aseguró que tanto Hacienda como la petrolera cuentan con coberturas para blindar una caída en el precio internacional. El secretario no explicó cómo se compensará el efecto del tipo de cambio en esa baja.