Ciudad de México. Los acuerdos a los que ha llegado Petróleos Mexicanos (Pemex) con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para estabilizar la producción de crudo a nivel mundial tienen claros y oscuros, afirman especialistas del sector energético.
Por una parte, han limitado los niveles que puede generar la empresa productiva del Estado y con ello se afectan los niveles de exportación y los ingresos por la venta del crudo, aunque también han permitido al gobierno actual replantear las metas que se tenían al inicio del sexenio y dar un respiro a la petrolera, que enfrenta problemas más grandes.
El domingo, Roció Nahle, titular de la Secretaría de Energía (Sener), dio a conocer que tras reunirse con la OPEP, el país mantendrá su compromiso de no elevar la producción de crudo por encima del millón 800 mil barriles diarios, una meta que se espera mantener, al menos, hasta finales de este año e inicios de 2024 si las condiciones del mercado lo permiten.
“Primero hay que mencionar que el potencial de producción de Pemex no está mermado, de hecho, la estrategia que adoptó México ha contribuido a que la administración pueda replantear las metas de producción en este sexenio”, dijo Arturo Carranza, especialista del sector energético.
De acuerdo con el analista, precio a que se iniciará la participación de México en dichas reuniones con la OPEP, el gobierno se habría propuesto que para final de sexenio la producción de Pemex estaría por encima de los 2 millones de barriles diarios, pero ahora con el replanteamiento “Pemex está dando lo que puede producir”.
“Sin embargo, también podemos ver que a nivel nacional Pemex no ha tenido la capacidad de incrementar los niveles de predicción en los últimos años, está dando lo que puede dar, aunque este tema de la OPEP si puede decirse que ha provocado que la petrolera no reciba mayores ingresos a los esperados por la producción y la exportación del crudo”, apuntó Carranza en entrevista.
Fue el pasado 5 de octubre de 2022 cuando los miembros de la OPEP tomaron la decisión de hacer un recorte a la producción de crudo en 2 millones de barriles diarios, el mayor recorte desde que inició la pandemia de Covid-19; esto, con el objetivo de disparar poco a poco los precios de la gasolina.
Ante dicho escenario, México anunció a los países pertenecientes a la OPEP que mantendría sus niveles de producción por debajo del millón 800 mil barriles diarios con el objetivo de apoyar al mercado a recuperarse.
“Podemos decir que es un acierto, porque también el gobierno ha incrementado las reservas que hay en hidrocarburos y algunas inversiones, pero Pemex tiene problemas más complejos que no serán resueltos hasta que el modelo de negocios de la petrolera sea diferente”, puntualizó Carranza.
Al cierre de abril, según información de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), la producción de petróleo crudo promedió un millón 964 mil barriles diarios, de los cuales, un millón 863 mil fueron elaborados por Pemex y el restante por las firmas privadas de energía.