Madrid. Durante la reclusión de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, la empresa española que era responsable de la seguridad de la delegación diplomática, Undercover Global, también realizó tareas de vigilancia y espionaje contra el fundador de Wikileaks.
Así lo denunció Assange ante los tribunales, una teoría que se fortalece con el hallazgo de que el dueño de la compañía, David Morales, tenía en su computadora personal un archivo que confirmaría que tenían contactos y trabajaban para la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés).
Una investigación del diario El País advierte que el dueño de Undercover Global no sólo se dedicaba a la seguridad de la embajada, sino que además tenía relación directa con el servicio de espionaje internacional de Estados Unidos.
El rotativo español advierte que Morales tenía “en su ordenador portátil sus trabajos para la CIA y los bautizó con las siglas de la agencia de inteligencia estadunidense”, un hallazgo que constataron gracias a que tuvieron acceso a la información analizada del dispositivo Apple de Morales, quien ya estuvo encarcelado en España por espionaje.
El acusado se encuentra en libertad provisional, ya que sigue abierta su causa por los delitos de violación del secreto de las comunicaciones abogado-cliente, atentado contra la intimidad, apropiación indebida y blanqueo de capitales.
En diciembre de 2019, Assange compareció en videoconferencia ante la Audiencia Nacional española para detallar sus sospechas como víctima de espionaje, lo que lo orilló a no realizar ningún tipo de encuentro o conversación telefónico en los sitios comunes, sino en los baños o en las habitaciones cerradas.
El fundador de Wikileaks denunció ante el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, que “desconocía” que las cámaras de la embajada grabasen audio o que hubiese micrófonos ocultos en lugares como la base de PVC de los extintores. Recordó que Undercover Global se hizo cargo de la seguridad en la legación en Londres entre 2015 y 2018, periodo en el que Morales supuestamente “experimentó un incremento patrimonial notable”.
En un principio, la seguridad, consistía en un circuito cerrado de cámaras sin sonido, pero, tras varios viajes a Estados Unidos, instalaron cámaras con audio, visión a tiempo real, así como micrófonos ocultos en torno a todo lo que hacía Assange en el interior del recinto.
La investigación de El País sostiene que un informe de los peritos del también periodista australiano acredita la aparición de “un volumen relevante de material, que no figuraba en la copia original (de la policía). Muchas evidencias”, describe el análisis forense. Y es precisamente en este apartado en el que el reportaje señala que “entre esos nuevos archivos se guardó una carpeta denominada Operations&Projets con directorios organizados por zonas geográficas, en los que se detallan ficheros sobre la región o país y los servicios a desarrollar.
En la correspondiente a América del Norte, dentro del directorio USA, aparece un fichero denominado CIA. En su interior, en una carpeta llamada Videos, se guardaron grabaciones que las cámaras y los micrófonos ocultos de UC Global, instalados en la embajada, registraron de las reuniones de Assange.