Ubicado en la ciudad francesa de Amiens, el Museo de Picardía dedica una exposición sin precedente a la célebre novela Veinte mil leguas de viaje submarino, de Julio Verne, en colaboración con la Biblioteca Nacional de Francia, instancia que presta en esta ocasión el manuscrito original de la obra.
Titulada igual que el libro, la muestra propone seguir de forma minuciosa la cronología del volumen, desde su primera idea hasta su extraordinaria notoriedad.
“Los visitantes se sumergirán en la personalidad del escritor francés, así como en sus fuentes de inspiración, su contexto cultural y científico de la época, y los personajes de una de sus obras cumbres”, compartió el museo en su sitio web.
“Este libro sigue alimentando la imaginación colectiva en la actualidad, pues las numerosas adaptaciones que se han hecho de esta aventura marítima narrada en primera persona así lo atestiguan.
“No solamente se han hecho propuestas en el cine, en el teatro, en los cómics o incluso en el mundo de los títeres; también ha inspirado numerosos anuncios y ha dado lugar a juegos y juguetes a veces improbables.”
Como reflejo de la fascinación de Verne por el mar, Veinte mil leguas de viaje submarino se escribió en su mayor parte en la comuna francesa de Le Crotoy, lugar donde el dramaturgo y poeta se estableció entonces.
La maqueta de un barco pesquero, construida ex profeso por especialistas del Museo de Picardía, dará la bienvenida a los visitantes que poco a poco se irán adentrando en un fondo marino inexplorado.
Obras raras, correspondencia, pescados disecados, pinturas, fotografías, títeres y láminas originales del dibujante belga François Schuiten arrojarán luz sobre esta obra maestra de la literatura de aventuras del siglo XIX.
Experiencia fantástica
La Casa de Julio Verne aloja también parte de la exposición dedicada a la impronta de esta obra en la cultura popular.
“Se trata de un sitio que cualquier aficionado a los libros debe visitar. La casa está en perfectas condiciones y el simple hecho de ver un escritorio con el globo terráqueo que Verne utilizó para estudiar las rutas de los viajes que narra en sus novelas es una experiencia fantástica. Mi recomendación es leer la novela o ver alguna película basada en ella, sobre todo si se viaja con niños”, comentó una visitante.
Nacido en Nantes, Verne (1828-1905) eligió vivir la parte más productiva de su vida en Amiens, donde escribió la mayor parte de sus novelas. En mayo de 1856 conoció a Honorine Deviane, quien se convertiría en su esposa.
Verne formó parte de numerosas asociaciones e instituciones, además de desempeñarse como concejal municipal durante 16 años.
Veinte mil leguas de viaje submarino fue publicada por primera vez en forma de folletín entre 1869 y 1870. A lo que siguió una edición no ilustrada y hasta 1871 se lanzó una versión con 111 láminas.
“En los pesados volúmenes que hoy reúnen las páginas del manuscrito, podemos discernir diferentes etapas de escritura, desde la fase propiamente dicha hasta el trabajo de edición. Gracias al manuscrito, descubrimos en particular que el título de la novela y los nombres de los personajes fluctúan”, añade la nota informativa del museo.
“El viaje bajo las aguas de los comienzos se convierte en Veinte mil leguas bajo los océanos, antes de encontrar su forma final. También nos familiarizamos con los diferentes cambios de identidad del mítico Capitán Nemo.
“Las adiciones y correcciones, como la división de los capítulos, reflejan los debates entre Julio Verne y su editor Pierre-Jules Hetzel, como lo demuestra su correspondencia, conservada en el catálogo en línea de la BnF (https://www.bnf.fr/es/catalogo-general-de-la-bnf) y expuesta junto al manuscrito de Vingt Mille Lieues sous les mers.”
“Verne es el más famoso y el más universal de los habitantes de Amiens. Al igual que Alejandro Dumas, forma parte de un club muy restringido de los autores más leídos del mundo, los más traducidos y los más aptos para el cine. La vida de Julio, de escritor y de hombre, pero también de ciudadano, está indefectiblemente ligada a esta ciudad, con la que tuvo una relación íntima y apasionada”, puntualizó el Museo de Picardía.
“Ya coronado de gloria y éxito cuando se mudó a Amiens, fue adoptado por los habitantes. Su estatura, su mirada recta, su voz grave y su barba siempre impecablemente recortada a la moda de la época, le granjearon el respeto y la admiración de toda la ciudad, que proyectaba en él y en su obra una parte de universalidad y de orgullo”, finalizó la pinacoteca.