Personal del Instituto Nacional de Migración (INM) llegó ayer nuevamente con autobuses al campamento de migrantes en la plaza Giordano Bruno, en la colonia Juárez, para llevarlos a otras entidades, entre ellas Hidalgo y el estado de México, comentaron agentes del INM y las personas trasladadas.
Sin embargo, al cierre de esta edición, el INM no había informado con claridad a qué otros estados los trasladaron ni cuántas personas fueron movilizadas, pero este medio pudo contabilizar alrededor de 10 autobuses.
En la plaza, en la que habitaban alrededor de 500 migrantes, personal del instituto les dijo que podían ser trasladadas aunque ya tuvieran solicitud de refugio, pues el trámite que se realizaría en esas entidades y, en algunos casos, en las oficinas de la Ciudad de México, es el de tarjeta de visa humanitaria.
Sin embargo, algunos migrantes consultados manifestaron que los agentes les dijeron que aunque decidieran no irse en los camiones, tenían que retirarse porque ya no podían estar en este espacio.
La mayoría de los extranjeros, entre ellos familias con niños y niñas, aceptaron ser llevados por el instituto, esperando que les dieran la tarjeta de visa por razones humanitarias, con vigencia de un año, y con la que saben que podrían buscar un trabajo.
No obstante, también expresaron su incertidumbre y temor, pues no tenían información clara sobre qué pasaría una vez que obtuvieran el documento.
“Quizá me toque dormir de nueva cuenta en la calle”, señaló Ceance, un hombre haitiano, quien junto con su esposa se subió a uno de los autobuses del instituto sin tener la certeza de a dónde iría. “Sólo me comentaron que serían cinco horas de viaje”.
Sus pertenencias las guardó en una mochila grande y en bolsas negras. “Llevo mis cobijas para dormir y un poco de comida, porque no sabemos cómo será allá”, dijo preocupado.
En casi cuatro horas la plaza quedó vacía. Hace dos semanas el INM realizó un operativo en este lugar por la noche, llevándolos a Chiapas y Puebla.
Los pocos migrantes que no se fueron ayer argumentaron que es porque esperan la cita con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) o porque ya tienen la tarjeta humanitaria o temen que una vez en otro estado no puedan regresar a la ciudad.
Este grupo también manifestó que sentía miedo porque como les dijeron que no podían quedarse en la plaza, no sabían dónde quedarse. Algunos planeaban buscar un hotel, aunque una familia dijo que les cobrarían 200 pesos por persona, en tanto que otros indicaron que irían al albergue de Tláhuac.