Los trabajadores de Cananea levantaron anoche el bloqueo a la principal carretera federal de Sonora que mantuvieron por 34 horas, después de que el dirigente nacional del Sindicato Minero, Napoleón Gómez Urrutia, les comunicó el compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador de buscar una solución definitiva a la huelga que mantienen desde hace casi 16 años.
Como parte del acuerdo, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández, se reunirá el lunes con el senador Gómez Urrutia para buscar una nueva ruta que permita dar respuesta a las demandas de los mineros de Cananea, pero también de los trabajadores de las minas de Taxco, Guerrero, y de Sombrerete, Zacatecas, que estallaron la huelga igualmente el 30 de junio de 2007.
“Seguimos confiando en el Presidente de la República y no podíamos hacer oídos sordos a la petición que nos planteó por conducto del secretario de Gobernación”, comentó Gómez Urrutia.
Expuso que en la plática que sostuvo ayer por la tarde con López Hernández le hizo notar que los trabajadores quieren una solución definitiva y ésta pasa por obligar al dueño de Grupo México, Germán Larrea, a que acepte su responsabilidad en las tres huelgas y pague a los mineros lo que les corresponde, ya que en las negociaciones que han tenido con funcionarios de Gobernación, en los últimos 17 meses, el magnate continúa “empeñado” en no atender las peticiones de los huelguistas.
“No es cosa de dinero, porque Larrea es uno de los hombres más ricos del país y lo que desembolsaría en salarios caídos e indemnizaciones es nada frente a su inmensa fortuna, pero el problema de fondo es su gran soberbia y el desprecio a los trabajadores, que se atrevieron a paralizar labores en la histórica mina de cobre y en los minerales de plata de Taxco y Sombrerete.”
El senador de Morena dejó claro que en ese más de año y medio de pláticas con el gobierno federal poco se ha logrado, ya que Larrea no responde simplemente, “por lo que creo que debe haber voluntad política para obligarlo a que Grupo México se siente a la mesa de negociación”.
La propuesta económica que se logre consensuar será presentada al Ejecutivo federal, dijo, para que él la valore y tome una decisión.
Horas de incertidumbre
Por otra parte, el senador Gómez Urrutia expuso que bajo esas condiciones, los operarios de Cananea, afiliados a la sección 65 del Sindicato Minero, aceptaron, en asamblea, levantar el plantón en el entronque Cananea-Imuriz, de la carretera que comunica a la entidad con Baja California, Chihuahua y la frontera con Estados Unidos.
La situación, además, dijo, era ya muy tensa, por las advertencias del gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, de mandar a la fuerza pública a desalojar esta madrugada a los mineros, situación que habría provocado una confrontación directa con el Sindicato Minero, que incluso había ya sacado un amparo para los dirigentes de la sección 65, sobre los que pesaba la amenaza de encarcelarlos y enjuiciarlos por el bloqueo.
En Cananea se vivieron ayer horas de incertidumbre, ya que cientos de camiones de carga, tráileres y tractocamiones quedaron varados y hubo incluso un conato de violencia entre los mineros y conductores de tráiler que iban a la frontera.
A las nueve la mañana de ayer, cuando se cumplieron 24 horas del bloqueo, los trabajadores abrieron la carretera por dos horas y permitieron en todo momento el paso de ambulancias y vehículos de pasajeros.
La amenaza de usar la fuerza pública para desalojarlos fue permanente. A las 11 de la mañana, hora local, dirigentes denunciaron la presencia de alrededor de 40 patrullas con policías estatales en las inmediaciones del plantón.
El delegado del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato Minero, Heriberto Verdugo, acusó que elementos de la Guardia Nacional “están incitando a los traileros a echar las unidades pesadas” en contra de los manifestantes.
Después de la confrontación con los conductores, la situación pareció volver a la calma, pero alrededor de las 4 de la tarde dos camiones y un número igual de camionetas con agentes de la Guardia Nacional transitó por la zona del bloqueo, lo cual fue considerado por los inconformes como “una provocación o intimidación” para que desistieran de su protesta.
Responsabilizaron al gobernador de Sonora de cualquier agresión contra ellos y sus esposas e hijos que los acompañaron, ya que circulaba la versión de que Durazo tenía listo el operativo para retirarlos por la fuerza después de la medianoche y acabar con el bloqueo carretero.
No se llegó a ello, porque cerca de las ocho de la noche –de la Ciudad de México– Gómez Urrutia llamó a los dirigentes de Cananea para notificarles el ofrecimiento del presidente López Obrador y pedirles que lo aceptaran.
Ahí mismo, a un lado del plantón, los mineros llevaron a cabo una asamblea en la que acordaron aceptar el nuevo intento de negociación y desbloquearon la carretera, en espera de que esta vez realmente se cumplan sus añejas demandas.
Cientos de camiones de carga que esperaron por horas lograron continuar su camino a entidades vecinas y en muchos casos a Estados Unidos para trasladar mercancías de todo tipo.
El vocero de esa sección 65 del Sindicato Minero, Antonio Navarrete, señaló que esperan que haya una propuesta económica definitiva el lunes al mediodía, cuando el senador Gómez Urrutia se reúna con el secretario de Gobernación en la sede de la dependencia.
En esa oferta, indicó, se deberán definir los recursos económicos que se requieren aportar para el pago de los salarios caídos y la inscripción a la seguridad social de los 657 mineros y sus familias para que puedan tener acceso a los servicios de salud.
“Esperamos una vez más que esta justicia tan anhelada llegue a los trabajadores de Cananea que desde 2007 estamos en huelga. Ya es hora de que Germán Larrea, dueño de Grupo México, pague lo que nos debe, y pague al pueblo de Cananea el daño social que ha ocasionado”, recalcó.
En esa larga batalla laboral, 42 mineros han perdido la vida, el caso más reciente fue el de Filiberto Salazar Ancelmo, quien falleció el pasado miércoles, y hay otros trabajadores con enfermedades pulmonares y otras producto del humo, polvo y sustancias tóxicas que respiraron al extraer el cobre e industrializarlo.
Con información de la corresponsalía