El próximo lunes se cumplen 14 años de la tragedia de la Guardería ABC de Hermosillo, Sonora, en la que ardieron en llamas cuerpecitos de 25 niñas y 24 niños, y que dejó a otros 100 dañados gravemente.
En los países civilizados, con cultura de protección y amor por la niñez, los últimos en dar el visto bueno para inaugurar escuelas, un hospital o una guardería son los bomberos. Ellos no hubieran autorizado esa bodegucha, cuya renta por 5 millones de pesos mensuales se pagaba a un familiar de los dueños de la guardería, con cargo al erario.
Era una trampa mortal, elegida con la maldad de la avaricia que ciega. Sin salidas de emergencia necesarias ni extintores de fuego, ni detectores de humo, el techo era de un plástico inflamable que el fuego derritió y cayó como líquido ardiente sobre los inocentes bebés.
Hay muchos responsables de la tragedia, pero sólo se castigó a algunos chivos expiatorios que después salieron bajo fianza. Entre los responsables se han identificado a: 1) Juan Molinar Horcasitas, quien en su gestión de director del IMSS otorgó permisos para la subrogación de cientos de estancias infantiles, entre ellas la ABC de Hermosillo. Esta subrogación se concedió a familiares, amigos y otros allegados, quienes vieron la oportunidad de hacer negocio con un derecho de niños y de padres y madres trabajadores. 2) Eduardo Bours, quien era gobernador de Sonora en esas fechas, y quien negó haber ordenado incendiar la bodega de documentos del gobierno, contigua a la guardería, desde donde se extendió el fuego. 3) Los dueños de la ABC: Gildardo Francisco Urquides, Matilde Gómez del Campo, Alfonso Escalante Hoeffer y Sandra Lucía Téllez Nieves. Estos individuos no consideraron que una guardería necesita inversiones que garanticen la seguridad de los infantes, a pesar de que eran en ese momento padres de niños pequeños a los que nunca hubieran dejado en ése, su negocio. El incendio de la Guardería ABC nos mostró todos los rostros de la corrupción y la impunidad que causó el martirio de 150 pequeños.
Exigimos justicia y que se levante de inmediato, sobre los escombros de la guardería, el memorial prometido por el Presidente y por el actual gobernador de Sonora, para que no se olvide este crimen ni otros igualmente imperdonables contra la niñez de México.