Guatemaltecos desplazados de la Laguna Larga, que viven en un campamento en la frontera sur de México, entre Campeche y Petén, demandaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que haga con urgencia una visita in situ para verificar las condiciones en las que se encuentran.
Al cumplirse ayer seis años del “violento e injustificado” desalojo cometido por militares, indicaron que durante este tiempo las 111 familias que están en el campamento “han sobrevivido en condiciones inhumanas”, sin que se reconozca “el crimen que el Estado de Guatemala cometió”, así como su legítimo derecho al territorio.
Solicitaron medidas provisionales a la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el peligro en el que se encuentran “y por las muertes que continúan ocurriendo, frente a la incapacidad del Estado para dar cumplimiento a sus obligaciones internacionales”.
En un documento firmado también por diversas organizaciones, exigieron el retorno urgente a sus tierras, “por razones humanitarias, hasta que se garantice la reparación de los daños y la reubicación”.