Singapur. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, sostuvo el sábado que Washington no tolerará la “coerción e intimidación” a sus aliados y socios por parte de China, pero a la vez aseguró a Beijing que Estados Unidos mantiene su compromiso de respetar el actual status quo de Taiwán y que prefiere el diálogo al conflicto.
En un discurso en el Shangri-La Dialogue, un foro anual que reúne a altos funcionarios de defensa, diplomáticos y gobernantes en Singapur, Austin abogó por el apoyo a la visión de Washington de un “Indo-Pacífico libre, abierto y seguro dentro de un mundo de normas y derechos” como la mejor manera de contrarrestar la asertividad creciente de China en la región.
Estados Unidos ha ampliado sus propias actividades en el Indo-Pacífico para contrarrestar los enormes reclamos territoriales de China al navegar a través del estrecho de Taiwán y el Mar de China Meridional y sobrevolarlos de manera habitual.
“Tenemos el compromiso de garantizar que cualquier país pueda volar, navegar y operar dondequiera que el derecho internacional lo permite”, declaró en el foro auspiciado por Instituto de Estudios Estratégicos. “Y todo país, grande o pequeño, debe ser libre para realizar actividades marítimas legales”.
Austin observó que Estados Unidos proporcionó millones de dosis de vacunas contra el COVID-19 durante la pandemia y participa habitualmente de las actividades de ayuda humanitaria en los desastres naturales. Dijo que se esfuerza por combatir el cambio climático y la pesca ilegal y garantizar que las cadenas de suministro no sufran trastornos, todos problemas de importancia para los países el Pacífico asiático. “Estamos reforzando nuestras alianzas y sociedades”, aseguró.
Por su parte, el teniente general Jing Jianfeng, miembro de la delegación que acompaña al ministro de Defensa chino Li Shangfu, acusó a Austin de formular en su discurso “acusaciones falsas contra China, de manera abierta o encubierta”.
En declaraciones a la prensa después del discurso de Austin, Jing dijo que Estados Unidos “engaña y explota” a los países del Pacífico asiático en beneficio propio para conservar “su posición dominante” en la región.