Kiev. Luego que se ayer supo que el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), William Burns, viajó a Pekín en mayo pasado para reunirse con sus pares de China, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, reconoció que será “imposible” que su país se adhiera a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) antes de que termine la guerra.
“Unirse a la OTAN es la mejor garantía de seguridad para Ucrania (...) pero comprendemos que nosotros no arrastraremos a un solo país de la OTAN a una conflagración”, declaró Zelensky durante una rueda de prensa conjunta con su par estonio, Alar Karis. “Por ello, comprendemos que no pasaremos a ser un miembro de la alianza mientras dure este conflicto armado, no porque no queramos, sino porque es imposible”, agregó.
Desde que empezó la operación militar especial rusa de Ucrania, Zelensky no ha dejado de presionar para que su país se incorpore lo más pronto posible a la alianza y a la Unión Europea.
El bloque militar, aunque se ha mostrado en principio favorable a una eventual incorporación, de momento no ha anunciado ningún calendario, por temor a una escalada con Rusia.
Bajo este contexto, “el mes pasado, el director Burns viajó a Pekín, donde se reunió con sus homólogos chinos e hizo hincapié en la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación en los canales de inteligencia”, comentó bajo anonimato un alto funcionario estadunidense a la agencia noticiosa Reuters.
La noticia se da cuando Estados Unidos ha presionado para mantener disposición diplomática y programar reuniones con altos funcionarios de China, e incluso de Rusia, en medio de unas relaciones tensas.
El Pentágono informó que el secretario de Defensa estadunidense, Lloyd Austin, estrechó la mano del ministro de Defensa Nacional chino, Li Shangfu, en Singapur, pero no hubo un “diálogo sustantivo”.
En tanto, el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, declaró que su país está dispuesto a mantener los actuales límites de las existencias de armas nucleares acordados con Rusia en el acuerdo de no proliferación New START, y defendió poner a China en el centro de los futuros esfuerzos del control de dichos arsenales que amenzan al mundo.
Sullivan, en la reunión anual de la Asociación Nacional de Control de Armas, en Washington, describió el intento del gobierno del presidente Joe Biden de enfrentar lo que calificó de grietas “sustanciales” y “profundas” en el panorama nuclear posterior a la guerra fría. Con el último tratado de control de armas entre Estados Unidos y Rusia, el New START, cerca de su expiración en 2026, el asesor indicó que su gobierno está ansioso por formar un nuevo acuerdo con un límite de mil 550 ojivas para cada país.
Aseguró que para 2035, el gigante asiático “se encamina a tener hasta mil 500 de esas ojivas, uno de las mayores arsenales en tiempos de paz”, lo que significa que “Estados Unidos tendrá que disuadir a dos potencias nucleares cercanas por primera vez”.
Desde Helsinki, el secretario de Estado estadunidense, Antony Blinken, afirmó que la guerra en Ucrania es un “fracaso estratégico” para Rusia y afirmó que esa conflagración volvió a Estados Unidos más atento para resolver cualquier “amenaza” china.
El enviado especial del gigante asiático para Ucrania, Li Hui, pidió en Pekín a los gobiernos de terceros países que “dejen de enviar armas al campo de batalla”, y argumentó a favor de realizar iniciativas de paz, ante las “numerosas dificultades” que impiden a Moscú y Kiev iniciar conversaciones.