Managua. Al menos 63 personas fueron detenidas de “forma arbitraria” en Nicaragua durante mayo por el gobierno de Daniel Ortega –de ellas, 55 arrestadas en una sola noche–, denunció ayer la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, que llamó a las autoridades a “detener la represión” contra la disidencia. Marta Hurtado, vocera del organismo, declaró que el gobierno nicaragüense utiliza el Poder Judicial para perseguir y “silenciar a sus críticos” con acusaciones por los supuestos delitos de “conspiración para socavar la integridad nacional” y “difusión de noticias falsas”.
Hurtado destacó que en una sola noche 55 personas fueron arrestadas en distintos puntos de Nicaragua y acusadas por esos delitos. Uno de los focos de represión gira en torno a la Iglesia. Esta semana, tres monjas fueron expulsadas de Nicaragua y otras tantas quedaron recluidas en su convento, mientras el obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, cumple una condena de 26 años de cárcel.