Pachuca, Hgo., La Liga Mx Femenil, más allá de impulsar la inclusión de las mujeres en el deporte profesional, también comienza a tener un efecto en la economía de ciertas localidades. El escenario de la final de ida del torneo Clausura 2023 es Pachuca, ciudad no tan grande como Guadalajara o Monterrey, pero que ahora también se ve beneficiada por el fervor del futbol.
“Cuando son partidos varoniles se llena el restaurante, y con la femenil ha empezado a aumentar el número de clientes. No llega al mismo nivel y no es en todos los juegos, sin embargo no está mal”, dice Miguel, mesero de una franquicia de comida.
“Acá vemos los partidos de las mujeres. Van por la terce-ra final, ya queremos ese título. Esa Charlyn y la Hermosa (Jennifer Hermoso) son buenísimas”, agrega emocionado.
Apoyo total
En las calles y plazas comerciales es común ver a gente con las playeras de Pachuca y América, salen a comer, a “hacer tiempo” para esperar el partido, como Diego, seguidor de Tuzos, quien acude para respaldar al cuadro femenil.
El movimiento económico por un duelo de la Liga Mx Femenil todavía no alcanza los mismos niveles que cuando hay parti-dos del torneo varonil, pero su impacto comienza a ser notorio.
“Ya sólo nos quedan 25 habitaciones disponibles de las 106 que tenemos, cuando juegan los hombres sí estamos llenos. Hoy aumentó la ocupación, es una final y sí cambió un poco”, revela el trabajador de un hotel.
Los taxistas de Pachuca, una de las pocas ciudades que aún no permite la entrada de aplicaciones como Uber, también se han visto favorecidos. “Se pone buena la demanda de servicios. No sólo nos llaman para ir a los estadios, sino también hay más gente en las plazas y restaurantes”, dice sonriente Alfonso, conductor de sitio.
Hasta los revendedores ya comienzan a sacar ganancias. “¿Te sobra o te faltan?”, lanza de manera discreta un joven que en las inmediaciones del esta-dio Hidalgo ofrece boletos en 500 pesos. La ganancia sería generosa al destacar que el precio en taquilla era de 100.
“Se están pasando. Uno me los quería vender hasta en 700 pesos, con ese dinero mejor veo el partido en un bar o restaurante”, señala con molestia Dayna.