Ciudad de México. Debido a la “situación complicada, difícil y muchas veces dramática”, que experimentan las personas migrantes, el gobierno de Estados Unidos tendría que emprender “una regularización (migratoria) justa, pacífica y positiva en favor de este sector”, consideró Guadalupe Torres Campos, responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH).

En una ceremonia religiosa con motivo de la celebración de San Juan Bautista Scalabrini, patrono de los migrantes, la cual fue transmitida por las redes, desde la Casa del Migrante en Juárez, el obispo de Ciudad Juárez comentó que debe haber una toma de conciencia colectiva “a favor” de este sector.

Y en ese contexto conminó a “superar las malas políticas, a vencer la indiferencia, la criminalización” y poner fin a la “ofensas” hacia las personas en movilidad, y a “apoyarlos desde su dignidad como personas” durante su recorrido.

Expuso que “ser indiferentes ante el dolor del otro”, en este caso de las personas que dejan sus países en busca de mejores condiciones de vida o que huyen de la violencia ni a solo considerarlos estadísticas.

“Como iglesia, como sociedad y como gobierno no hay ver al migrante con indiferencia ni como un número, una estadística, sino ver al migrante como un hermano, como prójimo que tiene dignidad, que es persona y que, en su necesidad en su situación complicada, necesita ser acompañado, y a veces curado, apoyado, orientado y auxiliado de muchas maneras; san Juan bautista Scalabrini lo hizo”.

Ante personas migrantes el purpurado expuso que afortunadamente además de aquellos que ignoran y criminalizan a este sector, hay “tanta gente de buena voluntad que entrega su vida en favor de los migrantes; muchos laicos y voluntarios, muchos agentes de pastoral dedicados al 100 por ciento hacia los migrantes en todo el mundo”.

Comentó que en la reciente visita de los obispos mexicanos al papa Francisco, los obispos ligados a la movilidad humana tuvieron una reunión con el papa Francisco. “Fue de 3 horas y media, y me tocó comentarle y compartirle la situación migrante en nuestro México; el drama de ustedes, su sufrimiento, sus dolores, y cómo se exponen a personas malas, al crimen organizado, a quienes se dedican a la trata (de personas), que se les abusa, amenaza, extorsiona y hasta se les desaparece, lamentablemente”.

Acotó que el pontífice los aminó a trabajar por los migrantes. “el papa, obispos, sacerdotes, consagrados, laicos y los gobiernos, nos debemos empeñar en una tarea que es de todos”

Durante la homilía, Torres Campos destacó que todos “somos libres para elegir migrar o no, y habiendo decidido quedarme o migrar, se debe respetar; ciertamente la realidad es difícil, es un reto, un clamor, un sufrimiento de tantos hermanos nuestros: migrantes, refugiados, deportados y desaparecidos”.