Cuando la derrota se dramatiza y se buscan explicaciones definitivas en la frialdad de un resultado, la realidad tiene contraste en blanco y negro, se pierden los matices, explica el español Fernando Hierro, director deportivo de Chivas apenas un par de días después de la derrota en la final ante Tigres de la UANL.
“Queríamos que todos despertaran, el equipo y la afición. Lo conseguimos”, dice mesurado, pero sin omitir lo obvio, que perder una final les dolió como puede imaginarse.
“Tendemos a dramatizar la derrota”, continúa Hierro, “pero nada es blanco y negro, hay matices. Debemos entender que esto es futbol y no matemáticas”.
Por el contrario, ante lo que ya no puede cambiar, Hierro apuesta por encontrar sentido en lo que consiguieron en estos seis meses que vivieron en el torneo recién finalizado. Y de eso recuerda la emoción que se contagió en sus aficionados, en el ambiente que vivió toda una ciudad y que se extendió a sus seguidores de todo el país, eso es lo que el directivo rojiblanco encuentra como parte de sus éxitos en el club.
“Queríamos ver nuestro estadio repleto, la ciudad desbordada, nuestros seguidores de otras partes pendientes, y lo conseguimos”, apunta; “lo más importante es tener una identidad y demostramos que eso es parte del significado de Chivas”.
Un gesto lo manifestó. Cuando terminó el partido, mientras premiaban a Tigres como campeo-nes del torneo Clausura 2023, los jugadores rojiblancos permanecieron en el campo como muestra de respeto a los vencedores.
“Eso no fue una decisión de nadie. Somos una entidad que tiene un significado muy claro de lo que representamos. Quedarnos fue parte de un mensaje y también significaba que habíamos estado muy cerca de ganar. Y porque el futbol es así, nadie tiene enemigos”, señala.
Para profundizar en esa ética del Rebaño, Hierro adelanta que para la próxima temporada cada equipo que los visite para ju-gar en el estadio Akron recibirá una invitación a comer o cenar el día anterior al partido.
La parte de digerir la derrota está en proceso. Lo compara con el duelo y como tal debe realizarse con la mirada puesta en el futuro. “Lo bueno y malo que puede tener un torneo corto es que todo pasa muy deprisa, tanto las victoria como las derrotas y ya el mes siguiente estaremos preparando una nueva temporada”, expone.
Si los nombres empiezan a brotar como apuestas para corregir lo que no se hizo en el pasado, eso le parece natural en este oficio y cada que termina una temporada. Eso sí, admite que el mercado del futbol en México no es fácil.
“Es verdad, el mercado interno no es fácil. Es muy caro y una cosa es lo que se tasa en Europa y otra lo que ocurre aquí, pero esas decisiones las toman los clubes”.