La Habana. Un equipo femenino de ampáyers de beisbol viaja por toda la isla durante seis meses para trabajar en los partidos del campeonato nacional, el primer grupo de mujeres en una profesión históricamente dominada por hombres.
El beisbol es la pasión nacional de la isla caribeña, pe-ro como en otros pasatiempos favoritos, incluyendo el boxeo, las mujeres habían sido relegadas y no habían podido competir.
“Eso está empezando a cambiar”, dijo Janet Moreno, exhibiendo su uniforme negro y gorra de ampáyer internacional antes de un partido en el estadio Latinoamericano de La Habana.
“Es la primera vez en el continente americano que un equipo completo de mujeres (4) trabaja en la liga superior del país”, señaló Moreno, quien se considera la primera mujer árbitro en Cuba.
Moreno, de 49 años y quien practicó beisbol y softbol en su juventud, muestra calma en el campo, luciendo gafas de sol. Su mirada se enfoca en el juego entre Industriales y Pinar del Río de la liga local.
Las cubanas, incluidas las restantes colaboradoras de Moreno, Miroslava Cumbá, Yalili Acosta y Milagros Quiñones, sobresalen en el campo. En las Grandes Ligas de Estados Unidos nunca han actuado mujeres como árbitros de beisbol.
Las muchachas intercambiaron bromas mientras se preparaban para un partido esta semana en un ambiente que ellas dicen les sirve para relajarse antes de los duelos masculinos.
El perfume de una flor
“En la actualidad no existe un grupo de cuatro mujeres que estén trabajando juntas en ninguna parte del mundo en el beisbol”, indicó César Valdés, jefe de Reglas y Arbitraje de la Federación Cubana.
El gobierno dio luz verde en diciembre de 2022 a los primeros combates de boxeo femenino desde la revolución en 1959.
Con 18 temporadas trabajando con equipos masculinos en la liga local, Moreno dijo que sueña con arbitrar en unos Juegos Olímpicos o un Clásico Mundial, un certamen que se organiza cada cuatro años con jugadores profesionales de las Grandes Ligas.
“Cuando salimos al terreno nos gusta estar perfumadas, que se sienta que hay una flor en el terreno y que esa flor no se puede maltratar”, afirmó.