El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que “hay que ver” quién infectó el teléfono celular del subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, antes de ser víctima de espionaje a través del malware Pegasus.
Durante su habitual conferencia matutina en Palacio Nacional, se le volvió a preguntar sobre el probable espionaje por parte del Ejército a uno de sus hombres de confianza y encargado de las investigaciones para develar los crímenes contra los normalistas de Ayotzinapa en el sexenio pasado.
Rechazó que haya sido el gobierno federal el que incurriera en esa intervención, pues sólo se hace labor de inteligencia, y sugirió que pudieron ser grupos opositores o hasta agencias de seguridad del exterior.
– Entonces, ¿quién infectó el celular del subsecretario? –se le insistió al mandatario.
–Hay que ver quién lo hizo, pero no fue el gobierno federal, no fue el Ejército, no fue el sistema de inteligencia. Seguramente, si lo intervinieron, fueron los mismos de siempre, estos conservadores, autoritarios, queriendo confundir. Pero es muy importante aclararlo, mucho muy importante, porque lo que quisieran algunos de estos progres buena onda es que pudieran tener elementos, pruebas para decir ‘¿Ya ven? Son iguales, son lo mismo’. No, los que son iguales son ellos, estos que supuestamente son independientes, son muy alcahuetes de los potentados, hasta ahí no se meten.
Si bien la empresa israelí insiste en que el software únicamente se vende a agencias gubernamentales para el combate al crimen organizado y el terrorismo, denuncias en diferentes países apuntan a que no siempre es así. En el caso de México, el año pasado la Fiscalía General de la República (FGR) aseguró que el sistema habría sido usado por al menos una empresa privada, KBH Track, lo cual contradice las afirmaciones del grupo NSO.
“¿Quiénes son los que espían todavía? Los que espiaban antes y siguen espiando, y ahora son nuestros adversarios, y no dudo que algunas agencias del extranjero. ¿Quiénes espían? Pues los que compraron aparatos. Hay de esos aparatos por todos lados, que espían. ¿Por qué creen ustedes que el señor que está acusado de tortura, (Tomás) Zerón, se fue a Israel?”, insistió el jefe del Ejecutivo.
Grupos religiosos cuestionan al gobierno
También cuestionó que organizaciones civiles como el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez –de la que dos de sus miembros también fueron infectados con Pegasus– insistan en que fue el Ejército.
“Muchos de ellos lo hacen de manera inconsciente. Ahora que hubo el asesinato lamentable de dos sacerdotes en Chihuahua, pues el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y otras organizaciones cuestionándonos, y en el caso de Ayotzinapa, igual, como que quisieran que fracasáramos y que al final se demostrara que nosotros protegemos a violadores de derechos humanos. No, repito, no somos iguales. Las organizaciones de derechos humanos deben tener en cuenta, deben considerar que el Estado no es en la actualidad el principal violador de los derechos humanos como era antes, así de claro, para que no haya confusiones”.
Cuando se pidió si el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval –presente en la mañanera– podría aclarar el tema del espionaje a Encinas, el mandatario acotó para no darle la palabra: “no sé si quiera decir algo el general, pero yo creo que… Yo soy el comandante supremo de las fuerzas armadas”.