Madrid. El adelanto electoral en España, decidido en solitario por el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, tomó a sus aliados de gobierno desarticulados, fragmentados y sin una alternativa sólida. Pero la urgencia de la cita y la cuenta atrás para registrar las listas electorales –10 días a partir de la disolución de las cortes– obligó a que las fuerzas de izquierda se organicen y empiecen las negociaciones rumbo a una candidatura conjunta. La líder de la emergente plataforma electoral Sumar, Yolanda Díaz, hasta ahora vicepresidenta segunda del gobierno y ministra del Trabajo, ya registró oficialmente a su formación.
A la izquierda del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) hay un magma de formaciones, agrupaciones, plataformas y movimientos que hasta hace unos años estaban agrupados en torno a Podemos, el partido que surgió hace nueve años aprovechando la estela de indignación del movimiento del 15M. Pero con el paso del tiempo, por las disputas y la lucha de poder, esta fuerza política se fragmentó y su fuerza electoral quedó muy mermada, a pesar de formar parte del gobierno y de tener en sus filas a cinco ministras y ministros. En los comicios municipales y autonómicos del pasado domingo, Podemos desapareció de algunos parlamentos y consistorios cruciales, entre ellos el de la asamblea y el ayuntamiento de Madrid, precisamente en la capital española, donde nació y se expandió.
Clara fragmentación
La fragmentación de la izquierda española se ve con claridad, por ejemplo, en la localidad de Galapagar, donde el líder de Podemos, Pablo Iglesias y su pareja, la también ministra Irene Montero, se compraron el polémico chalet de lujo que provocó la primera crisis al interior de la formación. Sólo en este pueblo, donde arrasó el derechista Partido Popular, se presentaron hasta cuatro siglas afines a la izquierda y vinculados al Podemos originario: Por Galapagar, Podemos-AV, Podemos IU Galapagar y MMCGGalapagar. De ellas sólo la primera logró dos concejales, mientras el resto se quedó sin representación, lo que facilitó el triunfo arrollador del PP.
Para evitar una situación similar a escala nacional, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, además de registrar su plataforma como “partido instrumental” a presentarse oficialmente en los comicios, también aceleró las conversaciones con una de las patas de la actual Unidas Podemos, que es Izquierda Unida (IU), antes la fuerza de referencia. El líder de IU, Alberto Garzón, ya anunció su apoyo a Díaz, con lo que ya sólo están a la espera de que se sume la otra parte del partido, que hasta ahora ha sido la más reticente a estas alianzas si ellos no tienen el papel protagónico. Así que sólo falta que decidan adherirse los líderes que controlan el partido: Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Iglesias.
El objetivo de la nueva plataforma de coalición es frenar el avance de la derecha y la extrema derecha, por lo que se registraron como “un movimiento europeísta, plural, con firme voluntad de enfrentar el reto de la emergencia climática y avanzar hacia una sociedad más libre, más feminista y más igualitaria”.
Mientras, en el PP hay euforia y hasta cierto triunfalismo ante los comicios del 23 de julio, en los que parten como claros favoritos con ventaja de más de siete puntos sobre el PSOE y el actual mandatario, Pedro Sánchez, quien aspira a reditar el actual pacto de gobierno con el resto de las formaciones del arco parlamentario, entre ellas la de la fragmentada izquierda.