Moscú. Después de que el ejército ruso justificó tres oleadas consecutivas de drones contra Kiev desde el lunes anterior –dos de madrugada y uno a plena luz del día–, el sistema de defensa antiaérea de Moscú se tuvo que emplear a fondo este martes para neutralizar lo que se considera hasta ahora el mayor ataque, desde que comenzaran las hostilidades en febrero de 2022, contra la capital rusa y sus alrededores con aparatos voladores no tripulados y cargados de explosivos.
Circulan imágenes de los destrozos causados por tres drones cuyos fragmentos cayeron en dos edificios de viviendas y una casa particular: en la calle Profsoyusnaya y en la avenida Leninsky, en el noroeste de la capital rusa, y en la calle Atlasova en las afueras. Oficialmente, no hubo víctimas mortales, sólo dos heridos leves y daños materiales.
Varias horas más tarde de este inusual suceso aún no es claro cuántos drones se lanzaron contra Moscú, desde dónde, de qué tipo eran y quién efectuó el ataque.
El ministerio de Defensa, mediante un comunicado, informó que sus radares detectaron aproximándose a Moscú sólo 8 drones, de los cuales pudieron derribar 5 con el sistema Pantsir-C y 3, desviados de su ruta por los aparatos de interferencia radioelectrónica, cayeron.
Los canales de noticias en las redes sociales, tipo Baza, Mash y otros que compiten por ganar la primicia y se saltan la censura militar, hablaron de entre 25 y 32 drones, basándose en las fotos y videos que les enviaron desde diferentes lugares supuestamente atacados en Moscú y los alrededores sus colaboradores y aficionados que, con un celular listo para capturar la imagen espectacular, quieren cobrar la recompensa prometida.
Hay imágenes de drones pequeños, otros que semejan un pequeño avión con alas de cuatro metros; en teoría, hay aparatos no tripulados que pueden sobrevolar 500 kilómetros y, por tanto, llegar desde el otro lado de la frontera con Ucrania. También podrían haber sido disparados en territorio ruso. ¿Cruzaron la frontera o los adquirieron en Rusia? Y lo principal, quién está detrás del ataque. Muchas dudas y pocas certezas.
Rusia, sin embargo, lo tiene claro y el presidente Vladimir Putin calificó lo sucedido de “acción terrorista”. Atribuyó el ataque a Ucrania al decir que se trató de una represalia por haber atacado “hace dos o tres días” la sede de la inteligencia militar ucrania.
“Ya habíamos hablado de la posibilidad de golpear los centros de toma de decisiones (de Kiev). Uno de esos centros, por supuesto, es la sede de la inteligencia militar del ejército ucranio, que hace dos o tres días atacamos. En respuesta el régimen de Kiev escogió otro camino, el camino de intentar intimidar a Rusia, de procurar sembrar miedo entre los ciudadanos rusos y de atacar edificios civiles”, declaró a la televisión pública.
Debo decir –agregó Putin– que el sistema de defensa antiaérea de Moscú “trabajó de modo satisfactorio, aunque todavía tenemos que mejorar”. Dijo que tuvieron problemas similares en Siria, pero el tamaño de la base militar rusa allá y la ciudad de Moscú no se pueden comparar. “Me preocupa más otra cosa: los intentos de provocar una reacción de Rusia. Al parecer es lo que quieren, nos provocan para que nuestra respuesta sea simétrica. Veremos qué vamos a hacer al respecto”, subrayó el titular del Kremlin.