Al tiempo que la madrugada de ayer Rusia lanzó contra la capital ucrania el ataque más intenso desde que comenzaron las hostilidades en febrero de 2022, Moscú advirtió que los planes de Occidente de suministrar a Ucrania aviones de combate F-16 son una “escalada inaceptable” y, asimismo, dio a conocer las condiciones para negociar un arreglo político.
La fuerza aérea de Ucrania informó que Rusia disparó 54 drones de fabricación iraní Shahed 136/131, desde las regiones rusas de Briansk en el norte y Krasnodar en el sur, de los cuales –asegura en un comunicado– derribó 52.
“¡Fue el ataque aéreo 14 contra la capital desde comienzos de mayo! Hoy (domingo) el enemigo decidió ‘felicitar’ a los habitantes de la capital con motivo del Día de Kiev con sus drones letales. Todo indica que se trató del ataque más intenso desde que se produjo la invasión; el ataque se llevó a cabo en varias oleadas y las sirenas estuvieron activas durante cinco horas”, comentó Serhiy Popko, jefe de la administración militar de Kiev.
Por su parte, el alcalde de la capital ucrania, Vitaliy Klitschko, informó que las explosiones se escucharon en cinco distritos de la ciudad y los fragmentos de un dron interceptado mataron a un hombre de 41 años e hirieron a una mujer de 35, que está hospitalizada.
La prensa ucrania considera que este tipo de ataques nocturnos buscan agotar los proyectiles de la defensa antiaérea ucrania en vísperas de la multianunciada ofensiva de sus tropas, que como declaró el sábado Valerii Zaluzhny, comandante en jefe del ejército, puede comenzar en cualquier momento y en cualquier lugar.
En ese contexto, entrevistado en el programa de televisión Moscú.Kremlin.Putin, que se transmite los domingos en el horario estelar del canal Rossiya 1, el canciller ruso, Serguei Lavrov, afirmó que entregar los cazas F-16 a Ucrania es una “escalada inaceptable”.
De acuerdo con el jefe de la diplomacia rusa, en Occidente “hay personas razonables que entienden esto”, aunque “los que mandan son Washington, Londres y sus satélites en la Unión Europea, en primer término los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) y Polonia, los cuales intentan cumplir sobre el terreno la tarea planteada por Estados Unidos: debilitar a Rusia y asestarle una derrota estratégica”.
Lavrov calificó de “un primer paso para comprender la realidad con los pies en la tierra”, lo dicho por el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto del ejército estadunidense, en el sentido de que Ucrania carece de capacidad para recuperar en el corto plazo todos los territorios que tenía en 1991 conforme a su frontera hasta el colapso de la Unión Soviética.
Condiciones para un arreglo
De esa realidad, vista desde Moscú, habló con la agencia oficial TASS el segundo de Lavrov, Mijail Galuzin, quien ayer dio a conocer las condiciones de Rusia para poner fin a la guerra y negociar un arreglo político.
Para el vicecanciller ruso, la primera condición es que “el ejército ucranio declare un alto el fuego y Occidente cese el suministro de armamento”.
Considera que para que haya una “paz comprehensiva, justa y sólida” Ucrania “debe retomar el estatus de neutralidad y no formar parte de ningún bloque, lo que proclamó en 1990 al aprobar su declaración de soberanía, y por tanto renunciar a ingresar a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y a la Unión Europea”.
Para Galuzin, “a nivel legislativo (en Ucrania) es necesario reconocer el estatus de Estado del idioma ruso y lograr que se respeten los derechos humanos fundamentales, entre ellos la libertad de creencias religiosas”.
Y la condición principal es que “(Ucrania) acepte las nuevas realidades territoriales que surgieron como resultado del ejercicio del derecho de los pueblos a la autodeterminación”, dicho de otra forma, que Kiev renuncie a cerca de 20 por ciento de su territorio.
Tanto el titular del Kremlin, Vladimir Putin, como su canciller, Serguei Lavrov, sostienen que Rusia está dispuesta a buscar una “solución diplomática” a la guerra y Ucrania se niega a negociar, instigada por Estados Unidos.
Galuzin, que acompañó a Lavrov en las recientes conversaciones que éste mantuvo en Moscú con el enviado especial de China, Li Hui, hizo públicas ayer bajo qué condiciones Rusia podría aceptar poner fin a la guerra.