Dicen que lo más reparador del deporte es la certeza de que ofrece revanchas. Si los Diablos Rojos fueron echados de la final de la Zona Sur en la temporada pasada por los Leones de Yucatán, a la postre campeones de la Liga Mexicana de Beisbol, ayer los escarlatas lograron quitarse de encima un poco de ese amargo recuerdo.
No ganaron ningún título ayer en Mérida, pero al menos los pingos ya se quedaron con la serie al derrotar por segundo día consecutivo a los melenudos por blanqueada 4-0 en el Parque Kukulcán Álamo.
Un rally de tres carreras en la segunda entrada les dio la ventaja a los de la Ciudad de México. Ramón Flores conectó un doble remolcador de dos carreras por parte de Japhet Amador y Roberto Ramos.
Después siguieron cuatro episodios con duelo de pitcheos, en los que colgaron ceros. Hasta la séptima entrada Ramos anotó por error del tercera base de los Leones. Este lunes se volverán a ver las caras, pero la serie ya pertenece a los Diablos; buscar una barrida no le devolverá nada al México, pero le sanará algunas heridas viejas.