Ciudad de México. Nueve de cada 10 ciberdelitos podrían prevenirse si hubiera mayor concientización de esta problemática, de la cual nadie está a salvo, ya que va de la vida cotidiana de las personas, sujetas a robo de identidad o de sus datos personales, hasta la seguridad nacional y acciones específicas en el campo de la defensa de los estados, señalaron especialistas.
Coincidieron que la ciberseguridad es una labor de todos; es un asunto que más allá del software y el hardware, alcanza al factor humano.
En la mesa de debate La ciberseguridad en el contexto de las Relaciones Internacionales, en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), incluso indicaron que hay 12 grupos del crimen organizado que operan en México y tienen la capacidad de saber a qué celular está vinculada una dirección IP (que identifica a un dispositivo en internet o en una red local), y ver su localización en tiempo real, lo cual facilitaría los secuestros, por ejemplo.
Carlos Estrada Nava -consultor en ciberseguridad, perito y profesor de cómputo forense en el Instituto Nacional de Administración Pública y en las universidades de las Américas Puebla, y de Seguridad y Justicia de Tamaulipas- advirtió que en este tema se necesitan espacios de capacitación y entrenamiento.
Al usar navegadores de internet como Chrome o Firefox, dijo, “estamos expuestos al robo de nuestra información”. Agregó que sólo uno seguro nos puede proteger y que no se debe perder de vista que cada vez que usamos internet dejamos un rastro o huella.
Apuntó que en el futuro habrá guerras de quinta generación; es decir, del ciberespacio, y de sexta generación por la desinformación.
Carlos Ramírez Castañeda, docente de la Universidad Anáhuac, refirió que en México hay 96.87 millones de internautas (2022), lo que representa un crecimiento exponencial de más de nueve por ciento en el último año y alertó que es uno de los países que más ha sido ciber atacado en los últimos años.
Recordó que a partir de la pandemia se detonó el uso de internet; numerosas empresas migraron al teletrabajo, pero sin contar con los lineamientos mínimos de protección para sus usuarios, sistemas y dispositivos.
En los ciberataques hay dos grandes categorías: con malware (códigos y programas maliciosos que se encargan de ingresar, extraer, modificar, destruir, codificar datos) y libres de malware. De acuerdo con la compañía estadounidense CrowdStrike, en 2022, 71 por ciento de los ataques fueron de este último tipo, donde basta con engañar al usuario para tener acceso a información privilegiada o clasificada.
Por su parte, Yadira Gálvez Salvador, docente de la FCPyS sostuvo que el tema de la ciberseguridad y la ciberdefensa son asuntos que llegaron para quedarse en la agenda de los estudios de seguridad y que se deben entender en una dimensión amplia, transversal.
A nivel internacional, expuso Gálvez Salvador, se enfrentan dos retos sustantivos: que las organizaciones criminales están utilizando el ciberespacio para mejorar sus capacidades y mantener su dinámica de delinquir. “Se ha potenciado la operación y capacidad de la criminalidad organizada trasnacional, que usa el ciberespacio para llevar adelante distintas operaciones y actividades como pornografía infantil, movimiento de drogas a través de aplicaciones”, etcétera.
El segundo, el uso que actores no estatales efectúan del ciberespacio, entre ellos el Estado Islámico que envía mensajes y acorta los tiempos entre sumar adeptos y la radicalización para lograr penetración mayor de su comunicación. Ante esos desafíos, las respuestas de los estados deben ser integrales, aseveró.