En el país, solamente cuatro de cada 10 micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que son sujetas a crédito por parte de la banca comercial cuentan con un financiamiento y el principal motivo por el que no lo solicitan es porque creen no necesitarlo, afirmó la Asociación de Bancos de México (ABM).
Sin embargo, las firmas de este tipo que tienen un préstamo bancario invierten siete veces más que las que no, logran ingresos seis veces mayores y producen cinco veces más.
Por ello, las instituciones de crédito, en conjunto con las autoridades, trabajan en fomentar que las mipymes del país, que son responsables de generar siete de cada 10 empleos en toda la república, tengan acceso a financiamiento por medio de la banca comercial o la de desarrollo.
Julio Carranza, presidente de la ABM, indicó que si bien, al cierre del primer trimestre, del total del crédito que se otorga a las empresas por parte de la banca –2 billones 899 mil millones de pesos– sólo 15 por ciento corresponde a este tipo de empresas, la mayoría de los acreditados son mipymes.
Y es que la banca tiene registro de un total de 506 mil 159 acreditados como empresas, de los cuales, 431 mil 888, el 85 por ciento, son mipymes y 74 mil 271 o el equivalente a 15 por ciento son grandes consorcios.
En este sentido, Carranza puntualizó que aunque el saldo de la cartera de crédito vigente total a las empresas de menor tamaño en el país aún no logra superar lo reportado en 2019 –446 mil millones de pesos hasta abril de ese año–, el año previo a la pandemia, el flujo de nuevo crédito sí lo hace.
De acuerdo con la información de los bancos, en marzo de 2019, el flujo de nuevo crédito era de 815 millones de pesos, y al cierre del mismo mes del presente año es de 871 millones de pesos, lo que quiere decir que tiene “una alta revolvencia y que se utiliza para capital de trabajo, con una duración promedio de 13 meses”.
De hecho, el presidente de los banqueros destacó que este tipo de firmas ahora son mejores al momento de pagar, incluso cuando las tasas de interés han subido en el último año como consecuencia del incremento que hizo el Banco de México (BdeM) a la tasa de referencia como una medida para contener los altos niveles de inflación.
Precisó que en marzo de 2019 el índice de morosidad de estos préstamos era de 5.1 por ciento; para el mismo mes de 2020 subió a 6.1 por ciento; en 2021 alcanzó su punto más alto para situarse en 6.7 por ciento y desde el año pasado comenzó a bajar, pues para 2022 disminuyó a 4.4 por ciento y este año se sitúa en 3.6 por ciento.
“Esto quiere decir que el crédito que le estamos dando a las mipymes cada vez es más recuperable y que estas empresas entienden mucho mejor la importancia de utilizar el crédito y cómo pagarlo.”
Ventajas de la formalidad
Julio Carranza señaló que los bancos deben continuar el trabajo con las autoridades para lograr que las empresas soliciten crédito y así pasen a ser formales, un hecho que le traerá beneficios a la economía en general.
“Si trabajamos en conjunto con autoridades, con el SAT, con las empresas y con la banca se estima un aumento de entre 2.7 y 6.5 por ciento en la formalidad de esas empresas, si transitamos de la informalidad a la formalidad podemos incrementar el saldo actual de 423 mil millones de pesos, podríamos colocar 100 mil nuevos acreditados y casi 50 mil millones de pesos”, apuntó.
Lo anterior significa que “que las empresas formales tienen una mayor oportunidad de generar más ingresos, de generar más empleo y de generar un mayor crecimiento en general de la economía, es por esto que es muy importante trabajar con las autoridades en precisamente la formalización de esas empresas.”