Por tercera vez en la historia del festival, una directora gana la Palma de Oro: la francesa Justine Triet por su película Anatomie d’un chute ( Anatomía de una caída). Se recordará que apenas hace dos años obtuvo el mismo premio su paisana Julia Ducournau (que ahora formó parte del jurado). Las mujeres cineastas ciertamente han ganado mucho terreno en los pasados años, llevándose los premios mayores en los principales festivales.
La ganadora no era una favorita mía, pero se trata de un correcto drama judicial, bien actuado, sobre todo. Por lo demás, el jurado presidido por el sueco Ruben Östlund hizo un trabajo razonable premiando algunos de los títulos más meritorios de una selección especialmente fuerte. Esta vez no hubo osos.
Con un acento asiático en las preferencias, se premió al guion de la japonesa Kaibutsu ( Monstruo), de Hirokazu Kore-eda, debido a Yûji Sakamoto. Mientras que el premio de mejor actor fue merecidamente para el también japonés Kôji Yakusho, protagonista de Perfect Days ( Días perfectos), del alemán Wim Wenders. Y el de mejor director para el vietnamita radicado en Francia Tran Anh Hung, por La passion de Dodin Bouffant, hermosa película sobre el arte culinario.
Otro vietnamita ganador fue el debutante Thien An Pham,cuya ópera prima Bên trong von ken vang ( Dentro del capullo amarillo), obtuvo la Cámara de Oro (y fue exhibida en la Quincena de los Realizadores).
El Grand Prix, considerado generalmente como el segundo lugar, fue para The Zone of Interest ( La zona de interés), del británico Jonathan Glazer, una original visión sobre los campos de exterminio nazis. Y mi favorita personal, Kuolleet lehdet ( Las hojas muertas), del finlandés Aki Kaurismäki hubo de conformarse con el Premio del Jurado. El socarrón cineasta no volvió a Cannes para recibirlo, sino mandó a sus actores para leer un mensaje que concluía diciendo: “Merci…and twist and shout”.
Otro acierto fue el premio a mejor actriz, concedido a la turca Merve Dizdar, por su papel en Kuru otlar üstüne ( Las hierbas secas), de Nuri Bilge Ceylan.
Fue una ceremonia de clausura extrañamente sobria. No hubo discursos de agradecimiento penosamente largos, ni números musicales y la maestra de ceremonias, la actriz Chiara Mastroianni fue también concisa en sus palabras. La mayor sorpresa fue la presencia en el escenario del legendario productor y director hollywoodense Roger Corman, bastante entero para sus 97 años, quien presentó el Grand Prix al lado de Quentin Tarantino.
La Palma de Oro la entregó la actriz Jane Fonda no sin antes expresar que cuando visitó Cannes por vez primera en 1963 no había mujeres directoras en el certamen. También felicitó al festival por tener a siete de ellas en competencia. Ya se veía venir entonces el triunfo de Justine Triet.
Si alguien todavía está prestando atención, la Palma de Oro al mejor cortometraje fue para 27, de la animadora húngara Flóra Anna Buda.
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