Celebrando al magisterio el 15 de mayo de 2023 el presidente López Obrador reiteró que “vamos” a seguir analizando –y no hacer a un lado– la posibilidad de aumentar –antes de que termine mi mandato– el monto de las pensiones para corregir el retroceso impuesto durante el periodo neoliberal al magisterio y a todos los trabajadores. Eso fue un agravio mayor porque en los sistemas de pensiones –antes de que hicieran la reforma constitucional– el maestro se jubilaba y recibía su sueldo completo. A partir de esas reformas, trabajadores del Seguro Social y maestras/os terminan su tiempo de labor, se jubilan, pero ya sólo van a recibir 40 por ciento del salario. Eso no se debe de olvidar. En ese entonces estábamos en la oposición y nos manifestamos. Acudimos al Poder Judicial. Se promovieron miles de amparos. El Poder Judicial, de manera injusta y actuando como alcahuetes del Poder Ejecutivo y de los tecnócratas corruptos, validaron esas reformas. Entonces, antes de que terminenos, vamos a buscar la forma de enderezar este entuerto: dejar a maestras/os con jubilaciones dignas como lo merecen.
Frente al fallo de la SCJN que obliga el pago de pensiones en veces de la UMA y no del salario (17/2/21), AMLO quiere que, llegando al retiro, existan pensiones mayores. Pero sólo aumentando la “pensión” para adultos mayores –en realidad un apoyo–, no resuelve. Ni siquiera “actualizando” el valor de las UMAS, como comunicó en Guelatao (21/3/21). Tampoco resuelve el comunicado SAT (1/2/22) que informa que los ingresos por jubilación/pensión están exentos de ISR cuando no excedan 43 mil 299 pesos mensuales: 15 UMAS.
Ninguna de las dos medidas, ciertamente oportunas, atiende a los afectados por la SCJN: trabajadores activos que pasarán a retiro con pensiones ganadas por años de servicio.
En conferencia matutina (5/3/21), AMLO admitió estar consciente de la “injusticia” y ofreció “enfrentarla”. Contemplo un mecanismo de “compensación”, observó. Luego, en la mañanera (12/3/21) precisó: “¿Qué estoy pensando? Seguir aumentando el salario mínimo. Y, al mismo tiempo, que se resuelva mediante un acuerdo, una ley, un incremento a las pensiones: van a recibir más los pensionados”, dijo.
Después, en Guelatao, comunicó la disminución a 65 años para recibir la “pensión” para el bienestar de los adultos mayores e incrementarla gradualmente, hasta duplicarla, a principios de 2024, a 6 mil pesos bimestrales. Agregó que su “plan” contempla la “actualización” de las UMAS conforme a la inflación y el incremento continuo del salario mínimo.
Ésta “pensión” no contributiva –en realidad un apoyo– seguirá subsidiando a las Afore que dispondrán de un piso público “universal”, pagado con recursos fiscales, mientras siguen pagando pensiones en el sótano. Ciertamente, a AMLO no se le solicita eliminar las UMAS. Ellas están bien para pagar multas. Sino que presente una iniciativa de reforma constitucional sólo para que las prestaciones sociales –entre ellas las pensiones– y las becas se paguen en veces del salario y no de UMAS. Por lo que respecta a la “actualización” de la UMA, debe aclararse que, desde 2017, eso es lo hace el Inegi, sirviéndose del INPC ( Diario Oficial de la Federación 30/12/16).
Así que, ni la declaración Guelatao ni el comunicado del SAT compensan el despojo de la SCJN sobre los trabajadores activos que cotizan en los apartados A y B, los sistemas estatales, universitarios y municipales.
Aunque ambas medidas atienden oportunamente a los adultos mayores y a los trabajadores jubilados y pensionados, sin revertir la UMA, los trabajadores en activo, bajo el marco del sistema Afore y los trabajadores amparados en al artículo décimo transitorio de la Ley Issste, seguirán enfrentando un horizonte de alta precarie-dad pensionaria.
Queda también la duda de que la reciente oferta presidencial del 15 de mayo 2023 pudiera estar relacionada con la vieja propuesta del cuestionado secretario general del SNTE, Alfonso Cepeda, quien, sin atender a los trabajadores del décimo transitorio, pretende incrementar –con un costo extra– el ahorro solidario de los trabajadores de Pensionissste, a diferencia de lo que sucedió con el tibio ajuste al apartado A (presente en el decreto del 16/12/20, que sólo patea el bote) y dónde ellos no aportan un peso más.
Debe recordarse también el compromiso presidencial del 15 de mayo de 2022: “nos queda de tarea que las pensiones, en vez de que sean individuales, sean como antes: que vayan a un fondo y que el Estado responda de ellas”. Es decir, hasta que AMLO opte por aplicar una reforma pensionaria de fondo para los trabajadores del apartado B que rompan con la lógica neoliberal que se preservó en el tibio ajuste al apartado A.
Por tanto, si AMLO busca mejores pensiones para los que se retiren por años de servicio, es indispensable que no compense, sino revierta las UMAS y ensaye un remodelaje pensionario no neoliberal en el apartado B.
* UAM-X