En la primera quincena de mayo la inflación disminuyó 0.32 por ciento respecto a la quincena anterior, para ubicarse en 6 por ciento anual, el mejor nivel de las últimas 40 quincenas, revelaron datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El dato es mejor a lo previsto, pues analistas esperaban que el Índice Nacional de Precios al Consumidor registrara un aumento de 6.15 por ciento.
De esta forma, de acuerdo con información del Inegi, la inflación general anual se desaceleró por octava quincena consecutiva, ubicándose en su nivel más bajo desde la primera quincena de septiembre de 2021.
A detalle, la inflación subyacente, que elimina los productos de alta volatilidad, registró un aumento quincenal de 0.18 por ciento y uno anual de 7.45 por ciento, este último menor al 7.49 por ciento pronosticado por el mercado. En el interior, las mercancías registraron un incremento anual de 9.16 por ciento y los de servicios uno de 5.44 por ciento.
Respecto a la inflación caso no subyacente, en la primera quincena de mayo se registró una tasa anual de 1.70 por ciento. Dentro de este rubro se observó un encarecimiento de 5.59 por ciento en productos agropecuarios; en tanto, los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno disminuyeron 1.51 por ciento de forma anual.
“En México, la inflación sorprendió gratamente durante mayo… Con ello, la inflación acelera el descenso y ya se ubica más cerca del objetivo de Banco de México que del máximo de 8.77 por ciento que presentó en agosto de 2022”, apuntó Monex en un análisis.
De esta forma, enfatizó el grupo financiero, los datos de este miércoles fortalecen la confianza en la estabilización del panorama de precios tras una crisis prolongada, lo que, agregó, apoya su visión de que el Banco de México dejará la tasa sin cambios en junio y durante el tercer trimestre de este año.
Asimismo, señaló que el comportamiento de la inflación subyacente “brindará un alivio importante a la junta de gobierno” del BdeM.
Por su parte, analistas de Citibanamex destacaron que si bien la inflación disminuyó más de lo esperado, mantienen su estimación de que el Índice Nacional de Precios al Consumidor cerrará el año en 5.2 por ciento dado que las presiones sobre los precios subyacentes permanecen elevadas. Aunque los riesgos están sesgados a la baja.
Agregaron que siguen considerando que las presiones sobre los precios subyacentes están cada vez más relacionadas con factores domésticos.