Washington. El presidente Joe Biden aseguró el jueves que Estados Unidos evitará un default aun cuando los legisladores iniciaron un receso para aprovechar el largo feriado del Memorial Day, sin llegar a un acuerdo sobre el aumento del límite de endeudamiento de la nación.
Falta una semana para el 1 de junio, fecha a partir de la cual el gobierno podría empezar a quedarse sin dinero para pagar sus deudas; sin embargo, miembros del Congreso se fueron de vacaciones y se espera que vuelvan hasta fines de mes.
“No habrá un default”, aseguró Biden en la Casa Blanca, subrayando que han sido “productivas” sus negociaciones con el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
McCarthy dijo que Donald Trump lo instó a negociar un “buen” trato y reiteró que no aceptaría la idea del gobierno de Biden de imponer alzas de impuestos a las empresas o a los ricos como alternativa a los recortes para reducir la carga de la deuda nacional, que supera los 31 billones de dólares.
Los representantes republicanos exigen recortes de gasto público de hasta 130 mil millones de dólares a cambio de votar el aumento del tope de endeudamiento. También quieren requisitos más estrictos para los solicitantes de subsidios y recuperar los fondos de ayuda no gastados en la pandemia de covid.
Al respecto Biden declaró a periodistas: “no creo que toda la carga deba recaer en los estadunidenses de clase media y trabajadora”.
Según McCarthy los legisladores volverían de urgencia a Washington si en su ausencia se produce un acuerdo y hay que votarlo en la Cámara.
El mismo jueves el Tesoro anunció un par de subastas de letras por 119 mil millones de dólares para principios de la próxima semana; algunos operadores vieron esto como un indicio de que el “Día D” del techo de deuda podría no ser el 1 de junio.
La agencia de calificación crediticia DBRS Morningstar puso a Estados Unidos en revisión para una posible rebaja, haciéndose eco de advertencias similares de Fitch, Moody’s y Scope Ratings.