Con efecto búmeran, el bulo que con toda mala leche circuló la tarde-noche del lunes sobre la supuesta cancelación de la compraventa de Banamex por parte del tóxico barón Germán Larrea puso a temblar a la oligarquía financiera que opera en el país, pero no por su contenido, sino por sus consecuencias, pues en la mañanera de ayer el presidente López Obrador –experto en provocar calambres en la oposición– señaló que “yo hasta me alegré (de esa fake new), porque dije: bueno, si ya no lo va a comprar él, pues hay la posibilidad de crear una asociación público-privada”.
Histérica, en plena cagalera y con el pretexto de que en México “no hay seguridad jurídica”, la oligarquía financiera soltó a sus perros y encendió su ya muy sobado aparato propagandístico marca Joseph McCarthy, sólo para que una hora después se confirmara que se trataba de un bulo (por cierto, propagado por una de sus tantas plumas alquiladas), pues el propio Grupo México dejó en claro que no tiene intención alguna de cancelar las negociaciones con Citigroup para adquirir Banamex, por lo que “el proceso continúa su curso”.
Se confirmó que se trataba de una versión falsa, pero ninguno de los histéricos defensores del tóxico barón y la “seguridad jurídica” se disculpó por los excesos cometidos, lo que, dicho sea de paso, ya es costumbre en la derecha recalcitrante. Pero, voluntariosa que es, si con el citado bulo la oligarquía quedó apanicada (Fox dixit), de plano la mañanera la enloqueció, porque en la de ayer el presidente López Obrador dijo que, en todo caso, el gobierno eventualmente podría recurrir a una ley promovida por Felipe Calderón, por él promulgada en enero de 2012, aprobada por aplastante mayoría del prianismo y entonces ovacionada por la cúpula empresarial (la de asociación público-privada) para cerrar la compraventa de Banamex.
Preguntaron al mandatario si el gobierno “le entraría a la compra de Banamex”, a lo que respondió: “bueno, si (Larrea) ya no lo va a comprar, pues hay la posibilidad de crear una asociación público-privada. En el supuesto que (el precio de venta) fuera de 7 mil millones de dólares, tienen que pagar como 2 mil millones o un poco más de impuestos; entonces, ya quedan, ¿qué?, 5 mil, y a la gente de México le interesaría tener acciones y otro tanto lo pondría el gobierno para que se tuviera mayoría”.
Hay que puntualizar que si se descontaran los miles y miles de millones de pesos de recursos públicos que, vía Fobaproa, se inyectaron a Banamex, pues ese banco no sólo saldría gratis para el gobierno, sino que aún al erario le deberían un montonal de plata. Y no solo esa institución; todas las “rescatadas”
Pero bueno, un electroshock para los mártires de la cúpula privada. A golpe de propaganda quiso imponer la fake news propagada por una de sus plumas compradas (quien todavía se dio el lujo de entrecomillar una supuesta “declaración” del propio Germán Larrea) y el tiro fácilmente les puede salir por la culata, porque lo cierto es que a los accionistas de Citigroup y a su presidenta Jane Fraser (que se ha reunido con López Obrador en muchas ocasiones) lo único que les importa es vender Banamex, no quién sea el comprador. Y para colmo, el gobierno utilizaría una ley calderonista, aprobada por los prianistas. Veneno puro para los defensores del libre mercado.
Más sal a la herida: López Obrador dijo que una eventual compra de Banamex por el gobierno sería “un negocio redondo; no hay pierde”, porque “¿saben cuánto ganaron los bancos el año pasado? 240 mil millones de pesos; Banamex ha de haber ganado unos… Por ahí debe estar el dato. Y como lo están vendiendo, es de los que menos ganó, pero deben haber sido como 8 o 10 mil millones” (en realidad, 17 mil 300 millones de pesos). “Imaginen cuánto dinero maneja el gobierno en los bancos. Debemos… Bueno, el presupuesto es de casi 8 billones de pesos. Nada más lo que se paga por el manejo de las nóminas a todos los servidores públicos. Principal cliente: el gobierno. O sea, no hay pierde. No digo que ya no quiso una empresa comprar el banco y casi se acaba el mundo, Y pueden, desde luego, otros empresarios adquirirlo. Pero además no es cierto, fue una volada con el propósito de generar miedo, incertidumbre”.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, quien debe estar al borde de un ataque de nervios por esa eventual compra gubernamental es el ministro en retiro José Ramón Cossío Díaz, el superabogado de la derecha, pues es miembro del consejo de administración de… Banamex.
Twitter: @cafevega