Madrid. Los insultos racistas contra el jugador del Real Madrid, Vinicius Junior, se convirtieron en un asunto de Estado en su país natal, Brasil, donde el gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva reclamó a las autoridades españolas, a través de la embajada y del Ministerio de Justicia, una actuación contundente contra los responsables. Sin embargo, en caso de que los tribunales ibéricos no lo hagan, se plantean apelar al principio de “extraterritorialidad” para llevar a los juzgados brasileños a las personas que le gritaron “¡Eres un mono, Vinicius, eres un mono!”, y le hicieron gestos corporales y guturales similares a los que emiten los chimpancés.
La Policía Nacional española informó de la detención de siete personas presuntamente vinculadas a los hechos del pasado domingo en el estadio del Valencia y a otro ataque anterior, a principios de año, en Madrid, cuando se col-gó de un puente un muñeco de tamaño natural del jugador brasileño como gesto de amenaza.
Los agravios a Vinicius del pasado domingo en Valencia han provocado una ola de solidaridad e indignación en todo el mundo, pero sobre todo en Brasil, donde ya comparan a la liga de futbol española con el Ku Klux Klan y denuncian la tibieza de las leyes y las autoridades para atajar un problema añejo y cotidiano en los estadios, protagonizado sobre todo por los aficionados ultras de los equipos.
Un gesto que muestra lo hondo que ha calado el asunto en Brasil es que la noche de ayer uno de los símbolos más emblemáticos del país, el Cristo Redentor de Río de Janeiro, se quedó a oscuras en solidaridad con el jugador del Real Madrid.
El presidente Lula da Silva ya afirmó el lunes su preocupación ante el aumento sin control del “fascismo” y “racismo” en España, pero además decidió emprender una ofensiva diplomática para evitar que este asunto caiga en el olvido y que los responsables no reciban el castigo que a su juicio se merecen. Sobre todo con los precedentes que hay en Espa-ña en este tema, el único país europeo en el que no se ha cancelado nunca ningún partido de Primera División por insultos racistas. En Inglaterra, Alemania o Italia la suspensión es algo habitual y de hecho eso ha provocado que disminuyan notablemente este tipo de ataques.
Sin consecuencias
Sólo en Alemania, en los recientes 10 años se han cancelado más de 100 partidos por este motivo. Además, en España tampoco hay ningún caso en el que se haya condenado penalmente a una persona por proferir insultos o cánticos racistas en un estadio de futbol, cuando en el resto de países europeos es también algo habitual.
De ahí que el gobierno de Lula haya decidido emprender una ofensiva a través de dos vías: por un lado, la embajada de Brasil en España solicitó formalmente reunirse con los responsables de los ministerios de Asuntos Exteriores, de Igualdad y con la fiscal responsable del caso, Susana Gisbert, para conocer de primera mano las actuaciones realizadas. Y, por otra parte, el ministro de Justicia brasileño, Flávio Dino, declaró abiertamente que si no se actúa con contundencia ellos no se quedarán de brazos cruzados: “Estamos estudiando la posibilidad de aplicar el principio conocido como extraterritorialidad. El Código Penal prevé que, en algunas situaciones excepcionales, es posible aplicar la ley brasileña en caso de crímenes contra nues-tros ciudadanos, incluso en el exterior. Está derivado de la solicitud del Ministro de Justicia. Remedio extremo en caso de delito contra brasileños, que puede ser útil en caso de inacción de las autoridades inicialmente competentes. Puede funcionar como respuesta a una agresión injusta contra un compatriota… Por cierto, el principio también existe en España y otros países”, declaró el funcionario a los medios de comunicación de su país.
El gobierno español, del socialista Pedro Sánchez, respondió a través de la vocera del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, quien afirmó que “lo que sí decimos a todos nuestros compatriotas y al ámbito inter-nacional es que en España este tipo de comportamientos no quedan impunes y por tanto todos los órganos judiciales y policiales trabajan para perseguirlos siempre”.
Ley en desuso
Además recordó el país tiene en vigor una ley contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte que data de 2007. Por lo que “en España hay plena seguridad jurídica, tanto en las actuaciones policiales como en las judiciales”, aseguró.
Precisamente en esa legislación se decidió crear un observatorio de la violencia, el racismo y la intolerancia, que lleva más de ocho años sin reunirse ni ser convoca-do o consultado por los gobiernos, incluido el actual.
En cuanto a las actuaciones policiales de este caso en concreto, la Policía Nacional informó de dos operaciones; una en Valen-cia, donde fueron detenidos tres jóvenes de entre 18 y 21 años como los presuntos responsables de los cánticos racistas del pasado domingo. La justicia les abrió diligencias para ser juzgados por un delito de odio. Unos minutos después de su comparecencia fueron puestos en libertad con cargos. Además se informó de la detención de cuatro personas –tres vinculados al grupo ultra Frente Atlético-, por haber presuntamente colgado un muñeco con la camiseta del futbolista en un puente horas antes de un partido entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid que se disputó a finales de enero.