Nueva York., Tras más de 260 representaciones, decorados faraónicos y vestuarios extravagantes, la Metropolitan Opera (Met) de Nueva York se despidió esta semana de la interpretación clásica de Aida, confirmando un proceso de renovación en el que está embarcada la prestigiosa institución cultural.
La producción, estrenada en diciembre de 1988, fue elogiada durante mucho tiempo como una fiel interpretación de la trágica ópera de Giuseppe Verdi, que relata el romance entre Aida, una princesa etíope cautiva, y el general egipcio Radamés.
El espectáculo, creación de la directora inglesa Sonja Frisell con decorados del diseñador italiano Gianni Quaranta, se hizo famoso sobre todo por su “marcha triunfal”, en el segundo acto, un tour de force teatral de 15 minutos, con caballos reales, grupos de baile y múltiples procesiones.
La escena volvió a deleitar al público reunido por última vez en la majestuosa sala del Lincoln Center el jueves por la noche, con la soprano Leah Crocetto como la esclava Aida y el tenor Jorge de León como el comandante militar Radamés, amantes condenados por la guerra en el antiguo Egipto.
Aida regresará al Met en la temporada 2024-2025, pero con una producción renovada por el estadunidense Michael Mayer, ganador de un Tony. La soprano afroestadunidense Angel Blue interpretará el papel de Aida.
“Será muy emocionante presentar una nueva puesta en escena”, dijo Peter Gelb, director de la Met, que busca rejuvenecer su público sin perder a sus asiduos más conservadores.
Aida fue estrenada por el compositor italiano Giuseppe Verdi en 1871, en un momento en el que Europa estaba fascinada por Egipto tras el descubrimiento de importantes excavaciones arqueológicas.
Quaranta, director de arte nominado al Óscar, quiso transmitir “monumentalidad”, pero también “una cierta sensación de decadencia. La antigua civilización estaba desapareciendo, como si hubiera sido enterrada por la arena del desierto para ser redescubierta siglos después”, explicó.
La paleta del espectáculo incluye muchos tonos dorados que evocan este mundo grandioso pero pasado.
El escenógrafo reconoció su “decepción” por el retiro de la producción, pero expresó gratitud por haber permanecido tantos años en cartel. “Entiendo la necesidad del teatro de presentar otra puesta en escena con un punto de vista escénico y de dirección diferentes”, sostuvo.
“Sin embargo, espero que la escenografía, el mobiliario y la utilería, así como el vestuario, se conserven: sería bueno volver a proponer esta producción a la próxima generación, tal vez en 20 o 30 años.”
Muchas costumbres teatrales han cambiado en las más de tres décadas de historia de esta versión de Aida. Durante años, por ejemplo, los cantantes blancos que interpretaban a la princesa etíope y otros personajes solían usar pintura para oscurecer su piel, práctica que la Met abandonó por completo en la década pasada.
Grandes clásicos del mundo de la ópera, incluida Aida, también han sido criticados por contener muchos clichés y estereotipos sobre Oriente.
Esto puede dificultar la interpretación de las obras del siglo XIX, afirma Gelb, director de la institución desde 2006, ya que algunas de las obras de la época “pueden transmitir valores que no son aceptables hoy día”.