Harlingen. La niña panameña de 8 años que murió la semana pasada mientras se encontraba detenida por la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos recibió atención médica al menos en tres ocasiones el día de su fallecimiento –por un cuadro de vómito, dolor de estómago y una convulsión– antes de ser trasladada a un hospital, señalaron ayer funcionarios de migración estadunidenses.
La madre de la menor dijo antes a la agencia de noticias The Associated Press que los agentes la ignoraron en repetidas ocasiones cuando pidió que se hospitalizara a su hija, quien padecía una patología cardiaca y anemia de células falciformes.
Anadith Tanay Reyes Álvarez, de padres hondureños, nació en Panamá con una cardiopatía congénita.
En un comunicado, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) señaló que estaban al tanto del historial médico de la niña cuando comenzaron a brindarle atención por influenza cuatro días antes de su fallecimiento, el 17 de mayo.
El deceso de Anadith plantea dudas sobre si la Patrulla Fronteriza manejó la situación de forma apropiada. Se trató del segundo deceso en dos semanas, después del de Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, un hondureño de 17 años, bajo custodia del gobierno estadunidese, después de que una oleada de cruces ilegales –ante el vencimiento de los límites al asilo relacionados con la pandemia, conocidos como Título 42–, colocó una intensa presión sobre los centros de detención.
Un forense espera análisis adicionales antes de determinar la causa del deceso de la menor, como demandan los padres.