Madrid. “¡Eres un mono! ¡Vinicius eres un mono!” y “¡Negro de mierda!” fueron algunos de los cánticos que se escucharon en el partido del pasado domingo por la noche en estadio Mestalla, en la ciudad Valencia, en el partido que enfrentaba al Real Madrid con el Valencia. Son insultos habituales en los estadios de futbol españoles, plagado de grupos ultras y fascistas, que lo mismo defienden brazo en alto al régimen nazi de Adolf Hitler que abanderan el ideario más supremacista del nacionalismo español, catalán, vasco o gallego. En esta ocasión, y dada la gravedad de los hechos, el insulto masivo y a voz en grito de miles de aficionados provocó la reacción tanto del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, como de la Unión de Federaciones Europeas de Futbol (UEFA).
El jugador brasileño del Real Madrid Vinicius, de raza negra, es uno de los más desequilibrantes de la plantilla del equipo. Su virtuosismo provoca la ira de los equipos y las aficiones rivales, con lo que se ha convertido, a su vez, en el jugador más insultado de los estadios españoles, lo mismo en Barcelona, Valencia, Málaga, Bilbao, San Sebastián o Sevilla. Allá donde juega es habitual escuchar graves insultos, muchos de ellos racistas. Pero los insultos son generalizados en los estadios y es habitual escuchar otro tipo de agresiones verbales, como “puto moro”, “sudaca de mierda”, “maricón” o “panchito” (insulto habitual que se utiliza en España contra los ciudadanos latinoamericanos).
El último episodio rebasó todos los límites. Antes del partido, cuando el autobús de su equipo estaba llegando al estadio de Mestalla, miles de aficionados lo recibieron con uno de los cánticos que se han convertido en habituales cuando se trata de este jugador: “¡Eres un mono! ¡Vinicius eres un mono!” Y así durante varios largos minutos se escuchó a esa multitud enardecida lanzar esas proclamas racistas, que gritaban a voz en grito personas mayores, niños, familias o los habituales aficionados de las peñas de los equipos, que suelen estar integradas por jóvenes extremistas y muchos de ellos vinculados a organizaciones fascistas. Ese mismo grito que se escuchó en las afueras del estadio, el de “¡Vinicius eres un mono!”, se escuchó aún con más estruendo en el interior del recinto, cuando el jugador del Real Madrid intervino en una jugada. Y ahí fue cuando el propio jugador se encaró con los aficionados, señaló a algunos de los que entonaban a voz en grito esos cánticos racistas, con el beneplácito del resto de los espectadores, y lo que provocó finalmente la ira colectiva contra el jugador.
Lo más paradójico de la situación es que minutos después del episodio, y lejos de asumir la gravedad de los hechos, tanto la directiva de la Liga española, presidida por Javier Tebas, como del propio equipo del Valencia arremetieron contra el jugador agredido y señalaron que se trataba de “hechos puntuales”, que en ningún caso se podía afirmar que la “la Liga española era racista”.
Frente a la pasividad de la directiva del futbol español, el Real Madrid presentó una denuncia ante la justicia, que asumió como propia la Fiscalía General del Estado, que decidió abrir diligencias para investigar los hechos de un presunto delito de insultos racistas, en la que también podría tomar en cuenta la reincidencia de los ataques, una vez que el jugador brasileño es objeto de este tipo de insidias de forma recurrente, de hecho nueve de las últimas 13 denuncias por este tipo de ataques han sido con él de víctima.
Con lo que a partir de ahora, la justicia española abrirá una investigación por un delito de odio y racismo, contemplado en el artículo 510 del Código Penal y que prevé una pena de prisión de uno a cuatro años. Una causa penal a la que, además del Real Madrid, se han sumado la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) y el Movimiento contra la Intolerancia. La reacción del equipo del Valencia ha sido errática; primero le intentó quitar hierro al asunto, después identificó a los aficionados racistas y anunció sanciones históricas y, finalmente, aumentó las sanciones y lanzó un mensaje de solidaridad con el jugador.
El entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, reconoció que en España hay “un problema grave con el racismo en los estadios”, al reconocer que es habitual escuchar insultos de todo tipo.
El propio presidente de Brasil, Lula da Silva, se pronunció al respecto antes de una entrevista televisiva, en la que señaló que “no es posible que casi a mediados del siglo XXI tengamos el prejuicio racial cobrando fuerza en varios estadios de fútbol de Europa. No es justo que un pobre chico que triunfó en la vida y que potencialmente se está convirtiendo en uno de los mejores jugadores del mundo, sin duda el mejor del Real Madrid, sea atacado en todos los estadios en los que juega. Creo que es importante que la FIFA, la liga española y las ligas de otros países tomen medidas reales porque no podemos permitir que el fascismo y el racismo dominen los estadios de fútbol”, señaló.