De ánimo sereno junto a su elenco, el cineasta inglés Jonathan Glazer (Under the Skin) inició la rueda de prensa de su última producción que compite en Cannes, The Zone of Interest. Una historia basada en la novela homónima del inglés Martin Amis, quien murió ayer a los 73 años, la cual relata la historia de Rudolf Höss, comandante nazi que diseñó y construyó Auschwitz, y que analiza la relación con su esposa Hedwig, mientras crean la vida de sus sueños junto al campo de concentración.
Glazer arrancó admitiendo que antes de comenzar la filmación no sabía qué tipo de historia quería contar. “Cuando comencé el proceso, no sabía qué perspectiva tomar. Nunca sabes realmente por qué abordas un tema y te aferras. Podría decir que es un viaje en constante evolución. Nos tomó mucho trabajo de profunda investigación poder retratar el Holocausto, lograr distinguir en la película los dramas domésticos mundanos de la familia Höss y Auschwitz, que estaba ubicado al otro lado de los muros de su jardín”, señaló el director.
Humanos, no monstruos
“Teníamos la intención profun-da de capturar esa capacidad dentro de cada uno de nosotros para la violencia, no importa de donde seas, lo que significó retratar a los nazis como personas y no como monstruos estereotipados. El gran crimen y la tragedia es que los seres humanos le hicieron esto a otros seres humanos y es conveniente distanciarnos de ello lo más que podamos”, enfatizo Glazer.
Jim Wilson, productor de la película, acotó: “The Zone of Interest es un recordatorio de que las personas no pueden permanecer complacientes a pesar de los horrores que se ejecutan en su patio trasero, ya sean ejemplos históricos como el Holocausto o la esclavitud en Estados Unidos, o instancias más recientes de prejuicios, como el Don' t Say Gay, que actualmente amenazan los derechos LGBT+. No nos corresponde decir si logramos esta intención o no, pero estábamos tratando de presentar la pregunta y abrir el espacio”.
Más adelante Glazer habló sobre la importancia de filmar la película en Polonia. “Nunca hubo una opción para filmar en ningún otro escenario. Tratamos de buscar otras partes, pero la historia seguía regresando a Auschwitz”.
Este es el cuarto largometraje del director después de Sexy Beast (2000); Birth (2004) y Under the Skin, 2013.