Madrid. El Museo del Prado transformó una de sus fachadas en “puerta barroca” mediante una intervención efímera, en consonancia con dos de las exposiciones temporales que actualmente aloja en sus paredes: la del maestro italiano Guido Reni y la del español Francisco Herrera El Mozo, y además por el itinerario pensado para la colección permanente dedicado al célebre dramaturgo del Siglo de Oro, Calderón de la Barca.
Se trata de la fachada neoclásica de la puerta de Goya, llamada así por la escultura que mira de frente al museo, que se transformó en un decorado barroco a modo de celebración del Día Internacional de los Museos. Para la intervención se utilizaron 50 mil tallos de ruscus aculeatus pintados de dorado para cubrir las columnas centrales del pórtico, y 25 mil hortensias para la zona del atrio.