Moscú. El presidente Vladimir Putin dijo ayer que Occidente está intentando abrir una brecha entre los distintos grupos étnicos y nacionales de Rusia para dividir el país en decenas de estados diferentes.
“Los ataques contra nuestra historia, nuestra cultura, nuestros valores espirituales, no cesan, tampoco los intentos de meter una cuña en la armonía, en la fraternidad de los pueblos de nuestro país. Nuestros adversarios decidieron que la multinacionalidad de Rusia es su vulnerabilidad y hacen todo lo posible a fin de dividirnos”, aseguró.
Apuntó que los autores de las provocaciones en el país se guían por patrones occidentales y asumen que la diversidad cultural de Rusia es su debilidad, cuando en realidad es su fortaleza.
“Nuestros adversarios a los que me referí, la gente con la mentalidad neocolonial, son en realidad imbéciles, no entienden que es esta diversidad la que nos hace más fuertes”, aseveró e indicó que cuantas más sanciones imponga Occidente a Rusia, mayor será el nivel de cohesión de la sociedad rusa.
Durante esta jornada, Rusia prohibió la entrada a su territorio a 500 estadunidenses, incluido el ex presidente Barack Obama, como “respuesta” a las sanciones impuestas por Washington, que horas antes agregó a centenares de empresas e individuos a su lista de sanciones, intensificando sus esfuerzos para asfixiar la economía rusa en represalia a la ofensiva que lanzó en Ucrania.
“Washington debería saber desde hace mucho que ninguna medida hostil contra Rusia quedará sin respuesta”, precisó la cancillería rusa en un comunicado. Entre otros de los estadunidenses que no podrán entrar en Rusia se encuentran los presentadores de televisión Stephen Colbert y Jimmy Kimmel, así como la conductora de noticias de la CNN Erin Burnett.
Rusia indicó que incluyó en su lista a senadores, congresistas y miembros de laboratorios de ideas “involucrados en la propagación de actitudes rusófobas y falsedades”, además de los directivos de empresas que “suministran armas a Ucrania”.
En tanto, las autoridades rusas incluyeron al fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, en la lista de personas “buscadas” por la justicia.
“Fecha de nacimiento: 30 de marzo de 1970. Lugar de nacimiento: Edimburgo, Escocia (...) Buscado en virtud de un artículo del Código Penal”, indica el anuncio publicado en el sitio del ministerio del Interior, consultado por la agencia noticiosa Afp, sin precisar la índole del delito que se le imputa.
La CPI, con sede en La Haya, emitió en marzo una orden de captura contra Putin por la “deportación ilegal” de miles de niños de zonas de Ucrania bajo control ruso en el marco del conflicto con esta ex república soviética.
Esa acusación, asimilable a crímenes de guerra, fue rechazada por el gobierno ruso, que denunció una decisión jurídicamente “nula”.
Apenas unos días después de la emisión de la orden de captura, a mediados de marzo, la justicia rusa abrió una investigación penal contra Karim Khan y tres otros jueces de la CPI. Según la investigación, Khan es acusado de haber “presentado cargos penales contra una persona notoriamente inocente” y de “preparar un ataque contra un representante de un Estado extranjero”.
Además, la fiscalía rusa declaró a la ONG ecologista Greenpeace como organización “indeseable” y la acusó de injerencia, lo que de facto prohíbe sus actividades en el país.
En un comunicado, la dependencia afirmó que Greenpeace International, cuya sede se encuentra en los Países Bajos, representa una “amenaza para los cimientos del orden constitucional y para la seguridad” de Rusia y busca “derrocar el poder de manera inconstitucional”. En respuesta, la ONG calificó de “absurda” la decisión.