En el contexto del Día Internacional de los Museos, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rindió ayer un homenaje a la antropóloga Teresa Márquez Martínez, directora del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, en reconocimiento a su trayectoria de casi medio siglo en el ámbito cultural museográfico, en particular, a su trabajo en el rescate, preservación, cuidado y difusión del patrimonio cultural ferrocarrilero.
En la ceremonia, efectuada en el auditorio Jaime Torres Bodet del Museo Nacional de Antropología, la titular de la Secretaría de Cultura (SC) federal, Alejandra Frausto, envió un mensaje en el que felicitó a la promotora cultural por sus logros y “la mística con la que ha defendido el patrimonio ferrocarrilero” y la profunda memoria que éste representa para el país.
El director del INAH, Diego Prieto, ensalzó la capacidad de Teresa Márquez para vincular su formación de antropóloga con el desarrollo no sólo del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos y el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, sino de todo un programa que incursiona en un patrimonio que hasta hace tres décadas era muy poco considerado: el patrimonio industrial, el patrimonio ferrocarrilero.
Sostuvo que en esa encomienda ha sido fundamental el compromiso social y político de la especialista, que en parte se remonta a su formación en la Escuela Nacional de Antropología e Historia en los años 70, cuando se consideraba que la clase obrera iba a ser la vanguardia de la revolución social de este país.
“Tere se quedó con esa idea de acercarse a la clase obrera, a la clase trabajadora, y eso la llevó a desarrollar esta búsqueda, esta lucha, este empeño por recuperar el patrimonio ferrocarrilero”, agregó el funcionario. “Y desde 1996 empezó este empeño de más de 27 años por recuperar este patrimonio y por desarrollar un gran programa de recuperación de los bienes, de los saberes y de la cultura ferrocarrilera de este país.”
El periodista Luis Hernández Navarro, coordinador de Opinión de La Jornada, apuntó que a lo largo de 48 años, Teresa Márquez ha renovado el lenguaje y el sentido de la museografía y que “su vida profesional ha estado dedicada a defender el patrimonio histórico frente a quienes impulsan la desamortización de los bienes culturales en favor de la industria turística y recreativa y del capital inmobiliario, pero también de quienes pretenden ‘waltdisneyzar’ nuestro pasado”.
Mencionó que la antropóloga se hizo cargo del museo de los ferrocarriles con la encomienda de identificar, rescatar y preservar el patrimonio cultural e histórico contenido en ese medio de transporte, y aseguró que a partir de ello ha defendido bienes tan preciados como un enorme lote urbano en el centro de la ciudad de Puebla, donde se localiza el museo de los ferrocarriles, que muchos quisieran ver como una enorme macroplaza.
“Se trata, ya se dijo aquí, de un patrimonio muy difícil, como todo el patrimonio industrial lo es. Son fierros viejos a los que algunas gentes no les dan mayor valor, porque se usaron y porque hoy día todo puede tirarse, pero alrededor de ellos está la experiencia y la vida de los trabajadores, el México que inauguró el ferrocarril y que permitió que tiempos y distancias se acortarán de manera brutal”, señaló el periodista.
“Incansable, Tere se ha dedicado desde entonces a rescatar colecciones ferrocarrileras por toda la República Mexicana, a acercarse a los viejos rieleros, que la aprecian mucho por su capacidad de escucha, y a impulsar una multitud de exposiciones temáticas.”
En la ceremonia participó asimismo el museógrafo y gestor cultural Marco Barrera Bassols y Graciela Schmilchuck, investigadora del Centro de Investigación, Documentación e Información de Artes Plásticas (Cenidiap) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), quien envió un texto que leyó Graciela Bedolla.