La empresa Penmont, propiedad de Grupo Peñoles, sigue “presionando” a los trabajadores de la mina La Herradura para que se mantengan en el sindicato patronal que les impuso, señaló Jesus León García, secretario general de la Confederación Internacional de Trabajadores, en Caborca, Sonora.
En entrevista, señaló que tras el desalojo violento ocurrido la madrugada del 12 de mayo por parte de fuerzas estatales, “se recrudecieron las amenazas y el hostigamiento” contra los obreros de la mina productora de oro, quienes 15 días atrás habían iniciado una protesta pacífica ante la negativa de la compañía de pagar 10 por ciento de utilidades.
Trabajadores entrevistados solicitaron al gobierno federal que intervenga y exija a la empresa que cumpla con esta prestación que por ley les corresponde, y que la compañía respete la libertad sindical, establecida en el T-MEC.
León García indicó que la empresa minera reanudó labores esta semana y si bien el miércoles “bajaron las presiones”, en los días posteriores a la represión la empresa “llamó por teléfono a los obreros que se afiliaron al Sindicato Minero”, que encabeza el senador Napoleón Gómez Urrutia, para citarlos en el deportivo del sindicato Frente, de Carlos Pavón.
En el lugar, fueron obligados a ser videograbados con un teléfono celular “pidiéndole perdón al dirigente charro Carlos Pavón para que los reincorpore a su sindicato y decir que ellos no exigían la caratula fiscal 2022 y que si el otro año tampoco había utilidades, ellos no se iban a manifestar”, detalló el dirigente de la CIT en Caborca.
Los mineros que aceptaban reintegrarse al sindicato Frente, “porque tienen hijos y deudas”, también firmaron tres hojas de reafiliación y desde el deportivo ubicado en Caborca fueron trasladados en autobuses de la empresa a la mina La Herradura, agregó y dijo que las rutas ya se normalizaron desde la ciudad sonorense.
Mencionó que Penmont reanudó esta semana sus trabajos de producción, pero lo hizo con alrededor de 200 trabajadores afiliados al sindicato charro Frente –creado por Alberto Baillères, fallecido hace poco más de un año.
En la mina existe un padrón de alrededor de mil 800 obreros de la mina, de los cuales al menos mil 350 firmaron formularios con su identificación oficial, para integrarse al Sindicato Nacional de Mineros.
León García denunció que “de los pocos” obreros que firmaron su reafiliación a ese sindicato, ocho fueron despedidos, “los citaron en la mina y no fueron devueltos” a la ciudad de Caborca, cuyo tiempo de viaje entre ambos puntos es de alrededor de una hora y media.
Además, mientras a trabajadores que simpatizan con el sindicato Frente les otorgaron bonos de 20 mil pesos, a otros mineros que reclamaron las utilidades son obligados a laborar ocho horas continuas, “sin derecho a consumir alimentos”.