Hiroshima, Japón. El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, asistirá en persona a la cumbre del G7 en Hiroshima, en Japón, donde los mandatarios de las principales potencias occidentales anunciaron nuevas sanciones contra "la maquinaria de guerra" rusa.
"Se van a decidir cosas muy importantes y por eso la presencia de nuestro presidente es absolutamente esencial para defender nuestros intereses", afirmó el secretario del Consejo de Seguridad ucraniano, Oleksii Danilov.
Zelenski, que últimamente desplegó una intensa actividad diplomática en busca de apoyo militar para lanzar una contraofensiva contra Rusia, debía intervenir por videoconferencia en la cumbre de Hiroshima, prevista del viernes al domingo.
Finalmente asistirá en persona.
El mandatario ya partió de Ucrania y este viernes hizo escala en Arabia Saudita, para participar en una cumbre de la Liga Árabe y entrevistarse con el príncipe heredero saudita Mohamed bin Salmán, quien mantiene estrechas relaciones tanto con Rusia como con China.
En Japón, podrá renovar su pedido de aviones caza para reconquistar territorios tomados por Rusia después de la invasión de la exrepública soviética en febrero de 2022.
Varios países europeos, como Reino Unido y Países Bajos, anunciaron el fin de semana que trabajarán para que Ucrania reciba aviones F-16, aunque la eventual entrega de esos aparatos estadounidense debe ser autorizada por Washington.
En Hiroshima, ciudad víctima del primer bombardeo atómico de la historia, en 1945, los dirigentes del G7 (EEUU, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Alemania e Italia) anunciaron un endurecimiento de sus sanciones contra Rusia y expresaron preocupación por aumento del armamento nuclear chino.
"La aceleración de la acumulación de arsenal nuclear por parte de China sin transparencia ni diálogo significativo plantea una preocupación para la estabilidad mundial y regional", indicó el G7 en un comunicado que también condenó la "retórica nuclear irresponsable" de Rusia.
El G7 anunció medidas para "privar a Rusia de la tecnología, el equipamiento industrial y los servicios del G7 que sostienen su maquinaria de guerra" en territorio ucraniano.
El paquete incluye restricciones a las exportaciones de bienes "críticos para Rusia en el campo de batalla", así como medidas contra entidades acusadas de llevar material al frente en beneficio de Moscú.
Horas antes, Estados Unidos anunció que restringiría el acceso de Rusia a "productos necesarios para sus capacidades de combate", mediante la prohibición de exportaciones a 70 entidades rusas y de otros países.
Sanciones a los diamantes rusos
Reino Unido y la Unión Europea anunciaron por su lado restricciones contra la industria del diamante ruso, cuyo comercio está valorado en 4.000 a 5.000 millones de dólares anuales y supone una importante fuente de ingresos para el Kremlin.
En su comunicado, el G7 se comprometió igualmente a "restringir el comercio y el uso de diamantes extraídos, tratados o producidos en Rusia", haciendo uso para ello de las tecnologías de seguimiento.
Emiratos Árabes Unidos, India y Bélgica, miembro de la UE, figuran entre los principales importadores de diamantes rusos.
Los dirigentes del G7 podrán presentar directamente sus argumentos en favor de esta medida al primer ministro indio Narendra Modi, cuyo país mantiene relaciones militares estrechas con Rusia y se negó a condenar la invasión de Ucrania.
India, junto con Brasil e Indonesia, forman parte de los ocho países no integrantes del foro que fueron invitados a Hiroshima.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mantuvo en la ciudad japonesa una primera bilateral con el primer ministro australiano, Anthony Albanese.
"Hablamos de la ampliación de las relaciones Brasil-Australia, del Mundial de fútbol femenino [previsto en Australia y Nueva Zelanda en julio y agosto], y recibí una invitación para visitar Australia", indicó Lula en su cuenta de Twitter.
Homenaje a las víctimas de Hiroshima
Más allá de Rusia y Ucrania, la agenda estará dominada por China y la cuestión de la diversificación de las cadenas de suministro de los países del G7, para protegerse del riesgo de "coacción económica" por parte de Pekín.
El jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, llamó a pensar las cadenas de suministro de manera que se limiten "los riesgos por la dependencia respecto a determinados países", aunque Francia matizó que éste será "un G7 de cooperación y de exigencia respecto a China".
Antes de iniciar la cumbre, el primer ministro japonés Fumio Kishida, oriundo de Hiroshima, recibió uno a uno en el Parque del Memorial de la Paz a los otros seis dirigentes del G7.
Juntos rindieron homenaje a las alrededor de 140.000 víctimas de la bomba atómica estadounidense el 6 de agosto de 1945.