A unos días de que se realicen las negociaciones de Naciones Unidas sobre el tratado de contaminación de plásticos, se desconoce la postura que llevará el gobierno mexicano, luego de que desde marzo la cancillería convocó a “diálogos participativos” en los que se ha privilegiado la visión de la industria, que deja la responsabilidad al consumidor e impulsa la incineración, señalaron organizaciones.
Los plásticos son materiales en cuya producción intervienen 13 mil sustancias químicas, pero se carece de información de 46 por ciento de ellas y de las que se tienen datos se sabe que 3 mil 200 son potencialmente preocupantes, se utilizan y la mayoría no están regulados a escala global. Tan sólo 128, uno por ciento, están regulados por diversos convenios, sostuvo Andrés del Castillo, experto del Centro de Derecho Ambiental Internacional.
En la convocatoria a esos diálogos se planteó construir la posición de México ante el comité intergubernamental de negociación de Naciones Unidas para la creación del tratado, cuyas sesiones se realizarán del 29 de mayo al 2 de junio.
Los foros virtuales convocados por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se han hecho en ausencia de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con temas prestablecidos y prevalencia de la narrativa sobre reciclaje y gestión y se oculta la verdadera responsabilidad industrial en torno a los desechos, sostuvo Larisa, de Orbe de Acción Ecológica.
Los diálogos los organiza gente de ONU México que no conoce el tema de contaminación plástica, y ello evita profundizar y aceptar nuevas propuestas, sostuvo durante el foro virtual Los contenidos mínimos no negociables en el Tratado de Plásticos, convocado por la colectiva Malditos Plásticos.
Además, el diseño de las audiencias no permite generar una discusión abierta, señaló, porque “están cooptadas por la industria para continuar la producción de desechos, con las propuestas de siempre de maquillaje verde. Ni una vez se tocó la responsabilidad de la industria, menos el de las sustancias tóxicas, ni el impacto a los derechos humanos en todo el ciclo”.
Agregó que la incineración, el coprocesamiento y otra forma de recuperación de energía no deben considerarse formas viables de reciclaje, y se requiere terminar con el colonialismo de la basura.