Dresde. Un tribunal alemán condenó ayer a penas de hasta seis años de cárcel a los cinco miembros de una banda que perpetró un espectacular hurto de joyas del siglo XVIII en un museo de Dresde, descrito como el mayor robo de arte de los tiempos modernos.
Los condenados, miembros de la banda berlinesa clan Remmo, se hicieron con un botín valorado en más de 113 millones de euros por el robo en el museo Grünes Gewölbe (Bóveda Verde) en 2019.
El proceso no logró esclarecer los detalles del atraco y, a pesar de la confesión de cuatro de los inculpados, algunas piezas siguen desaparecidas.
El audaz robo, perpetrado el 25 de noviembre de 2019 en uno de los museos más antiguos de Europa, fue descrito por especialistas como el mayor hurto de obras de arte de los tiempos modernos.
Los acusados, que actualmente tienen entre 24 y 29 años, enfrentaron cargos de “robo agravado en banda organizada” y se arriesgaban a hasta 10 años de reclusión.
Una parte importante del botín fue encontrado en diciembre de 2022 tras una negociación entre la defensa y la fiscalía para facilitar las confesiones de los acusados. Entonces, a cambio de la restitución de parte de las joyas que datan del siglo XVIII, se estableció una cierta indulgencia en las penas. Sin embargo, algunas obras siguen desaparecidas.
El acuerdo generó críticas, ya que los fiscales temen que envíe una mala señal para los criminales y que desmotive a los policías.
“Notable impulso delictivo”
El juicio, que comenzó en enero de 2022, arrojó algunas luces sobre el audaz robo, pero persisten las interrogantes en torno a la operación.
El juez que presidió la audiencia, Andreas Ziegel, calificó la operación como un acto de un “notable impulso delictivo” por parte de los ladrones contra “una de las colecciones de tesoros más antiguas y ricas del mundo”.
Entre las piezas robadas hay una espada con la empuñadura incrustada de diamantes, así como una hombrera que contiene un diamante blanco de 49 quilates.
Ziegel defendió el acuerdo, afirmando que sin él “las joyas, calificadas como irreemplazables, nunca hubieran vuelto a la Bóveda Verde”.
Además, el magistrado consideró que las disculpas de los ladrones fueron sinceras.
Los acusados entraron al museo por una ventana cuyos barrotes ya habían sido dañados. Rompieron una vitrina con un hacha y se fueron con 21 piezas decoradas con más de 4 mil 300 joyas. Todo en menos de cinco minutos.
Durante mucho tiempo se pensó que estos objetos, algunos de los cuales pertenecieron a la familia real sajona, se habían perdido para siempre.
Sin embargo, en diciembre de 2022, la policía recuperó una “parte considerable” de las piezas, valorada en 60 millones de euros, después de sostener “conversaciones exploratorias” con los sospechosos.
Varias de las joyas restituidas están incompletas o fueron dañadas durante una limpieza, efectuada probablemente para borrar huellas. Hay piezas deterioradas por haber sido almacenas en agua y una experta describió que presentaban fisuras, arañazos, oxidación y que faltan muchos diamantes.
Un broche, que perteneció a la reina Amalia de Sajonia, sigue desaparecido, pese a que hay recompensas por las piezas perdidas.
Los investigadores siguen intrigados por cómo lograron los acusados esconder el botín durante tres años y por el paradero de las obras faltantes, piezas muy conocidas que son invendibles a menos que sean desmontadas.
Unas 40 personas, que se cree que participaron en la planificación del atraco, siguen siendo buscadas.