En el país, sólo uno de cada 10 productores agropecuarios tiene acceso a esquemas formales de financiamiento, ya que el dinero disponible es limitado y obtenerlo representa superar barreras difíciles para la mayoría. Además, 80 por ciento de los 5.3 millones de personas dedicadas a esa actividad, que son de pequeña escala, son los que menos acceso tienen a recursos otorgados por el Estado.
El reporte Los productos financieros que oferta la banca de desarrollo al sector agropecuario, de Miguel Ponce, editado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria de la Cámara de Diputados, también menciona que quienes acceden a los apoyos por lo general son los que mayor extensión de superficie y niveles de capitalización tienen, por lo que están incorporados al mercado y tienen un mejor manejo de los riesgos técnicos, financieros y climáticos a fin de cumplir con los requisitos exigidos por las instituciones financieras.
El informe considera que los recursos que ofrece la banca de desarrollo son insuficientes, razón por la que los productores agropecuarios tienen la necesidad de buscar diversas alternativas, ya sea con amigos, familiares, proveedores y clientes para cubrir los requerimientos financieros de sus procesos productivos.
Agrega que “poner recursos financieros a disposición de los productores de alimentos siempre ha representado un desafío importante para el Estado y para los diferentes gobiernos que han transitado en su administración”.
El sector agropecuario ha sufrido escasez de apoyo económico debido a los riesgos de la actividad, lo que hace que los intermediarios financieros tengan incertidumbre sobre el cumplimiento de pagos, por eso la mayor parte de sus recursos se dirigen a otros sectores.
El texto detalla que para apoyar al sector estaba la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero (FND), que hace poco desapareció, pero aún están los Fideicomisos Instituidos en Relación a la Agricultura, sectorizados al Banco de México.
El documento concluye que en el país el sector agropecuario ha crecido a pesar de las limitaciones de recursos que el Estado aporta, vía la banca de desarrollo o subsidios, “lo que significa que los agricultores, sin importar su tamaño, buscan resolver sus necesidades financieras con fuentes alternas como familiares, amigos, clientes y proveedores”.
Concluye que se requiere hace una revisión de los instrumentos que se tienen a fin de hacer llegar los recursos con oportunidad y en mejores condiciones para los productores de menor escala, que son mayoría. Ante eso, es importante el desarrollo de nuevos artículos y servicios que faciliten su participación, con un acompañamiento más cercano a sus procesos productivos con la finalidad de reducir los riesgos de impago o cartera vencida y así fortalecer el financiamiento al agro.