Rosa Icela Rodríguez, la secretaria de Seguridad, mira más allá de los prejuicios de la temporada electoral y advierte que el reto mayor para la Ciudad de México es abastecerla de agua, pero sueña en un segundo piso para la salida a Puebla, otro por Indios Verdes que lleve a Ecatepec y el estado de Hidalgo, y se entusiasma cuando habla de un monorriel que cruce la capital.
Pero no es el esbozo de un plan de trabajo o de gobierno, se trata del sueño de una mujer que nació en San Luis Potosí, pero que empeñó todos sus días de labor política en la capital del país. “También he pensado que a la ciudad le hace falta un túnel por donde salga el transporte pesado que cruza la ciudad, los tráileres y esos transportes.
“Hay que continuar con la transformación, porque ya están fijadas las bases. Ésta debe ser una ciudad de avanzada, una ciudad educadora, donde quepan todos los que quieran estudiar; una ciudad que siempre esté de fiesta deportiva, de fiesta cultural, de fiesta en artes, en diseño; en fin, que sea la ciudad que hemos soñado.”
No es fácil evadir los efectos de la temporada y Rosa Icela Rodríguez los enfrenta: “Los zapatos que el señor [Andrés Manuel López Obrador] va a dejar son muy grandes. La silla que está dejando es muy grande para cualquiera…
“No quiero que esto se escuche como una cuestión de elogios o de defensa, porque el señor no lo necesita. Yo sólo te puedo decir cómo veo al gabinete, a los precandidatos, y lo primero que te puedo decir es que te tienes que comportar con mucha lealtad, esa es la palabra: lealtad, y no solamente a la persona, sino a este proyecto que se ha construido y que ha costado muchos años, mucho tiempo, vidas, pensamiento.”
– Y, entonces, ¿los precandidatos?
–A ver, yo no te puedo dar una opinión política de cada uno, porque para mí todos son admirables, y es parte de cualquier campaña que se escuche ruido en los medios y que se debata. A veces uno va más aprisa, el otro más despacio; en fin, es una carrera y han de entender que la gente los está viendo. Entonces, lo que hagan, lo que digan, donde se muevan, lo que se pongan, todo será juzgado, todo el mundo los está viendo.
–¿Capaces, todos?
–Capaces todos, bastante capaces.
–¿Y usted?
–¿Yo qué?
–Y usted ¿qué con la ciudad?
–Yo he estado dedicada todo el tiempo a lo que es mi compromiso con el señor Presidente; he estado dedicada 100 por ciento a la secretaría. No voy a negar que muchos compañeros nos buscan, nos mandan recados. Nos dicen que ¿qué hemos pensado?, que si queremos que nos apoyen, que ¿qué hacen? Mucha gente conocida, profesionistas, diputados, diputadas, gente de las colonias, líderes, gente nueva, pero yo lo que les respondo es que vamos a hacer lo que ellos digan, lo que diga la gente.
–Pero, a ver: ¿sí quiere, o no quiere?
–Voy a hacer lo que diga la gente.
–Pero además de la gente está la voluntad de usted.
–Mira: lo que digan las encuestas, Miguel Ángel. Lo que digan las encuestas, y si la población capitalina cree que puedo tener capacidad, experiencia, honestidad, para poder hacer ese trabajo, lo podríamos estar considerando.
“Si se considera que tenemos, que traemos la experiencia que nos ha dado la vida, y lo que hemos hecho conduce a tamaña responsabilidad, ya veremos, pero vamos a estar donde diga la gente.
“Si mañana te dicen que tienes que ir a entregar un volante, si mañana te dicen que tienes que ir a tocar puerta por puerta, si mañana te dicen que tienes que sentarte a hacer un proyecto, en fin… Yo tengo muchas ideas, muchas propuestas para continuar con la transformación, pero lo más importante es escuchar a la gente.
“Yo pertenezco a un proyecto político, y en ese proyecto político habrá decisiones sobre si puedes y es correcto que vayas en busca de otro lugar, de una candidatura cuando estás encargada de una responsabilidad. Entonces por eso digo: Yo pienso que lo que digan los chilangos y si dicen: ‘ándale, te apoyamos’, pues vamos; si no, pues no.”
“Más acuerdos que desacuerdos con EU”
Pero, antes que ver hacia el horizonte político, la secretaria de Seguridad –quien se confiesa entregada a las tareas de seguridad las 24 horas al día, pero que también está encargada de limpiar al Issste, de informar sobre las investigaciones de la tragedia en Ciudad Juárez con los migrantes, o de repente de vacunar a buena parte de la población del norte del país, entre otras tareas– encabezó al grupo de funcionarios mexicanos que logró acuerdos con sus pares de Estados Unidos, en la Casa Blanca.
“Hubo más acuerdos que desacuerdos. Hicimos un plan con diversos puntos para llevar adelante la relación bilateral, y después acordamos la reunión con trilateral con Canadá.
“Quedamos en el acuerdo de que en junio tendremos una reunión en Vancouver para seguir abordando los temas y mirar cómo hemos avanzado e informar de resultados.
“El señor Presidente nos instruyó para ir en verano, porque él, como sabes, nos exige todos los días y espera el informe de los resultados; qué estamos haciendo bien, qué estamos haciendo mal o en qué no estamos cumpliendo; por eso vamos a ir a ver si ya se instalaron los equipos en las aduanas; cómo vamos en la persecución de delitos en la frontera norte; cómo estamos avanzando en la revisión de los barcos que llegan a México, a Canadá, a Estados Unidos, procedentes de Asia y que traen los precursores químicos que se ocupan para fabricar las drogas [fentanilo] que tanto dañan a nuestros países. Entonces, yo diría que fue una reunión provechosa en la Casa Blanca, en una oficina justo al lado del Despacho Oval, en la parte oeste de la casa presidencial.
“Y luego vino el recorrido por el país para visitar los cuarteles de la Guardia Nacional, y para informar a sus miembros de que, independientemente de las resoluciones de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no se perderán las prestaciones que hasta ahora se les han otorgado.”
Que no quede suelta la Guardia Nacional
–Me parece que la Suprema Corte y usted, o ustedes, no tienen la misma visión sobre la Guardia Nacional.
–Es complejo. Vamos a seguir insistiendo en la nueva ley para que no se dé un uso político a la Guardia Nacional, eso es lo que en el fondo se está previniendo: que no quede suelta y que más adelante quede como una institución muy disciplinada; que no quede suelta.
“Nosotros, en el tiempo que hemos estado, lo que creemos es que pasar a la guardia a la Secretaría de la Defensa no se trata de un capricho. Ahorita, en el recorrido que hicimos, más nos convencimos, más me convencí de la necesidad de que esté en la Defensa Nacional. Es bien difícil hablar desde mi posición. Cualquiera pensaría que no los quiero y no, al contrario, todo mi respeto y admiración a la Guardia Nacional, y por eso mismo creo que debe estar dentro de una institución, donde las condiciones para su crecimiento estén dadas.”
–¿En la secretaría que usted comanda no se tienen esas condiciones?
–Aún no se tienen. Estamos en pañales. Esta secretaría apenas va naciendo. Tenemos mucho trabajo. Secuestros, homicidios, protección federal para edificios, las instalaciones estratégicas, además de los penales federales, la protección civil; o sea, vemos la parte normativa de muchas de las acciones de la estrategia nacional de seguridad.
“Eso más lo que nos encarga diariamente el Presidente. Así, con las responsabilidades que tenemos y el presupuesto que hay, no tendríamos la capacidad para, por ejemplo, nada más atender los controles de confianza de 130 mil personas; es complicado, son cosas que le explicamos a la Corte, pero ya veremos en enero como le hacemos para insistir en que la guardia pase a la Secretaría de la Defensa Nacional.”
–Perdone que insista: ¿Y usted, y la Ciudad de México?
–Yo, lo que diga el chilango, su palabra…