Washington. El presidente Joe Biden dijo ayer que la salida del Título 42 va “mucho mejor de lo que todos esperaban”, pero advirtió que hay “mucho más trabajo que hacer” y retiró su petición de “más ayuda del Congreso”.
Durante un paseo en bicicleta cerca de su casa en Rehoboth, Delaware, el mandatario demócrata señaló que no tiene planes “a corto plazo” de visitar la frontera sur. “Sería perturbador”.
Horas antes, su gobierno afirmó que los cruces de migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México han disminuido desde que expiraron las restricciones del Título 42 la semana pasada, y no aumentaron como se esperaba, probablemente debido al restablecimiento de las sanciones penales por entrada ilegal.
“En los últimos dos días, la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos registró una caída de 50 por ciento en la cantidad de encuentros en comparación con lo que experimentamos a principios de semana”, señaló el secretario de seguridad nacional, Alejandro Mayorkas al programa de la cadena CNN State of the Union.
Afirmó que unos 6 mil 300 migrantes cruzaron la frontera con México el viernes y 4 mil 200 el sábado, números que describió como “notablemente bajos” en comparación con los 10 mil cruces diarios registrados a principios de semana.
Resaltó que aún es “prematuro” hacer diagnósticos, pues “apenas es el tercer día” desde que expiró el Título 42, el jueves a las 23:59, hora de Washington, que permitía la expulsión inmediata de migrantes sin visa o documentación, incluidos solicitantes de asilo.
El representante Mark Green, presidente republicano del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, contradijo a Mayorkas en declaraciones a CNN: “Lo que el secretario no dijo es que esta semana ha habido más cruces que en cualquier otro momento (…) de nuestra historia”.
Para evitar la afluencia masiva de migrantes tras el levantamiento del Título 42, el gobierno de Biden desplegó más de 24 mil policías y militares en los casi 3 mil 200 kilómetros que separan Estados Unidos y México, y aprobó un plan de nuevas restricciones al derecho de asilo.
Los migrantes deben primero programar una cita a través de una aplicación o buscar protección de los países por los que pasaron en su camino. Si no siguen el proceso y son sorprendidos entrando ilegalmente en Estados Unidos, no podrán volver a intentarlo durante cinco años, ni siquiera por medios legales. Para otras infracciones se prevén penas de prisión.
Sobre esto, Mayorkas subrayó: “Ya hemos expulsado a miles de migrantes: si intentan regresar, enfrentarán la prohibición de cinco años y un posible proceso penal”.
Agregó: “Hay una forma legal, segura y ordenada de llegar a Estados Unidos. Es a través de las vías que el presidente Biden ha ampliado de una manera sin precedente”.
En otra entrevista con ABC, Mayorkas resaltó: “Esto no es una prohibición de asilo. Tenemos la obligación humanitaria, además de una cuestión de seguridad, de cortar el paso a los despiadados contrabandistas”.
Funcionarios coincidieron en que no habían visto el gran número de inmigrantes que muchos temían que sobrecargarían aún más las instalaciones y ciudades fronterizas de Estados Unidos. Pero los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes de Estados Unidos, advirtieron que una oleada aún podría estar en camino.
Desinformación
Los migrantes viajan hacia Estados Unidos con nula información sobre los requisitos del gobierno de Biden tras el levantamiento del Título 42, pues reciben versiones falsas y contradictorias a través de las redes sociales, informó el periódico The Washington Post.
El diario señaló que un video de TikTok, con 17.4 millones de vistas, aseguraba que “las personas que lleguen a la frontera de Estados Unidos no podrán ser deportadas”, mientras que otro aseguraba que quien llegara en esas fechas sería “inmediatamente expulsado”.
Reclamos del gobernador de Texas
El gobernador republicano de Texas, Greg Abbott, afirmó en un tuit en el que incluyó videos de la situación en la frontera que “la crisis migratoria es obra de la administración Biden”, con su política de “detener y liberar” a los que cruzan ilegalmente sin que enfrenten “consecuencias reales” y que “el gobierno de Texas está dispuesto a hacer lo que el gobierno federal se niega a hacer”.
Abbott acusó a la vicepresidenta, Kamala Harris, de hacer nulos esfuerzos por remediar la situación migratoria pese a haber sido encomendada por el gobierno federal como zar de la frontera y recordó que su estado nombró el 30 de enero pasado a su propio zar, Mike Banks, un ex agente de la Patrulla Fronteriza.