Un mensaje en redes sociales anunció en febrero que El Columpio Asesino llegaba a su fin. La banda, originaria de Pamplona, de punk-rock y pop electrónico, que durante más de dos décadas hizo de la experimentación su estandarte, comunicó la noticia sin dar muchos detalles. “Todos sabemos cuando algo acaba en nuestra vidas y debemos aceptarlo”, señaló. También informó de su gira de despedida en la que prometió repasar toda su discografía.
Para Álbaro Arizaleta, uno de los dos hermanos fundadores de El Colimpio Asesino, la separación significa un cúmulo de emociones de todo tipo. “Las despedidas tienen de todo. En ellas se concentra desde la tristeza, la alegría, porque acabe y empiece otra cosa. Hay que saber encajarlas”, detalló en entrevista.
“También hay espacio para la tristeza, porque vas a dejar atrás toda una vida. No he tenido más vida que El Columpio Asesino desde mis 20 años. Entonces te encuentras con ese conflicto de emociones, pero esto es algo que hemos decidido nosotros”, sostuvo.
Es precisamente por el hecho de haber llegado a esa conclusión en conjunto que la banda también ve la despedida como un proceso emocionante. “Si tienes la suerte de poder diseñar tu funeral en vida, pues no está tan mal, y eso es lo que estamos haciendo. Tenemos la suerte de que en la banda hay un ambiente muy bueno, que nos queremos mucho, que no hemos acabado como grupos en los que sus integranres no se pueden hablar. Entonces, estamos disfrutando de esa última gira, e intentado reunir en un show de hora y 40 minutos todo lo que son nuestros seis discos con todos los sonidos que abarcan”, señaló Arizaleta.
La separación era algo que ya había rondado las charlas de la banda. Al realizar el penúltimo álbum, “pasamos por una crisis gorda de decir ‘dejamos esto y lo dejamos como último disco’. De hecho el álbum se titulaba Ballenas muertas en San Sebastián y esos animales hacían un poco la idea de nosotros mismos”, indicó el baterista y vocalista. Sin embargo, antes de decidir se tomaron un año para que cada miembro dedicara tiempo a sus cosas. Al volver a reunirse sientieron la necesidad de hacer uno más.
Trabajaron alrededor de tres años, no sin pasar por ciertas dificultades para concluir Ataque celeste, pero cuando el disco estuvo terminado y se disponían a presentarlo, la crisis por el covid-19 comenzó. “Creo que la pandemia ha hecho acelerar un proceso que teníamos ahí. Era un cansancio acumulado y la crisis sanitaria lo aceleró. Fue un golpe muy duro para nosotros después de un trabajo tan duro como supuso el disco. Que el destino te lo borrara, que no pudiéramos sacarle rédito, nos dolió mucho”, agregó Arizaleta.
“La ilusión fue desapareciendo”
Al término de la contingencia sanitaria, el deterioro se había extendido todavía más. “La ilusión con la que te enfrentas a este trabajo va desapareciendo, esa visión inocente de la música se va perdiendo y cuando el cinismo se apodera de tu visión en este trabajo… No sé, por respeto a la profesión y al grupo dijimos: ‘hasta aquí hemos llegado’”, contó.
Cuando la noticia fue anunciada, uno de los lugares en los que resonó con fuerza fue México. En este país la respuesta del público llegó al punto de replantear la gira de El Columpio Asesino, misma que en un principio empezaría y concluiría en España. “Es tan bonito ver el cariño y el respeto que hay ahí, que no éramos tan conscientes de ello”, admitió el músico.
La experiencia acumulada desde la consolidación de la banda en 1999 también ha hecho de Arizaleta un músico mejor preparado para subir a los escenarios y enfrentarse al público. “Creo que va a ser la gira que más pueda disfrutar en el sentido de que después de tantos años aprendes a quitarle hierro a las cosas. La he pasado mal en un escenario por nervios, y ahora pienso que lo voy a disfrutar en paz, y tocar un repertorio entero con la paz que te da el saber que las cosas se acaban que es un poco liberador, como la persona que está sentenciada a muerte, hay personas que disfrutan de esos momentos de paz”, indicó.
Ante el nuevo panorama que se le presenta con la ruptura de El Columpio Asesino, Arizaleta no está muy seguro de la relación que mantendrá con la música. “No sé muy bien qué escuchar, las nuevas cosas no me acaban de llenar del todo. Veo que me he hecho viejo, así de plano. Cuando una persona ya nota que lo que se está haciendo le llena poco, no falla el exterior, sino tú. Cuando ves que estás volviendo a los sonidos de siempre, te dices, ‘pues me habré hecho mayor’”, añadió.
Para el español, la relación cercana y nostálgica que tiene con la música proviene de una mirada que obtuvo cuando era joven. “Creo que las sensaciones más auténticas, más puras, se viven cuando menos corrompido estás, cuando eres más inocente. Considero que todas esas primeras sensaciones son más genuinas porque son más puras, luego con el tiempo todo se va mezclando, y al final vuelves a esos sentimientos porque son los primeros. Es como las experiencias con las drogas; las mejores, las primeras. Luego ya es todo repetitivo, ya no tiene gracia, es repetir una emoción que ya has conocido”, precisó
A pesar de haber tomado la decisión de forma consensuada y meditada, Arizaleta no alcanza a imaginar sus días tras El Columpio Asesino. “Me da vértigo y también ganas de enfrentarme a un día después sin tener que pensar en lo que llevo pensando toda mi vida. Va a ser muy raro. No he tenido más vida que esta banda; he renunciado a un montón de cosas, a vidas y a trabajos. Ha sido mi elección de vida y por la que lo he hecho todo. Mi cerebro, mi energía, ha sido canalizada ahí; va a ser muy raro el día que desaparezca ese objetivo”, concluyó.
La gira de despedida de la banda española comenzará el miércoles en el Auditorio Blackberry de la capital del país, y hasta ahora es la única fecha fuera de España anunciada. Como límite tiene 2024, después El Columpio Asesino se habrá separado de manera oficial.