Para el dramaturgo y cantante, Adrián Martagón, el teatro necesita de la improvisación en el escenario, y para ello los actores y el público debe conocer el cine de la Época de Oro, por lo cual se ha dado a la tarea de que su obra “Yo soy un charro improvisado” se encuentre libre de prejuicios contra los temas clásicos que le dieron al cine mexicano presencia mundial.
En entrevista, Adrián Martagón precisó que se encuentra “enfocado”, lo que significa él es parte de proyectos que están “experimentando”, en este sentido, los jóvenes conocerán el cine del pasado sin ser “todo melodramático, machista o exagerado” para que esta época dorada tenga una valorización nueva.
“Son los últimos coletazos de la época de oro, los últimos estrenos de Cantinflas, de Tin Tan, Pedro Infante, López Tarso, y los jóvenes que eran nuestra reserva de ver cómo iba a reaccionar y ellos reaccionan al estímulo de lo espontaneo, o sea, como son historias improvisadas pues no falta el error, la equivocación en escena, entonces no es técnicamente un error, pero se disfruta eso ya que el error es para que surja la comedia y eso a los jóvenes les gusta mucho”, comentó el histrión.
La puesta en escena se presenta en el Centro Cultural El 77 para rendir un homenaje a quienes dieron esplendor a la Época de Oro del Cine Mexicano, pero en una adaptación al teatro mediante sketches improvisados.
Indicó que pertenecen a la compañía Charros Teatro, por lo que son una grupo muy joven que apenas se constituye y aunque todos se conocen, el trabajo debe ser muy profesional para que el público salga contento de ver una buena función y aunque ya existen plataformas streaming, el teatro aun genera la atención en las nuevas generaciones y se encuentra “más vivo que nunca”.
La obra reúne anécdotas y datos de personajes que son un referente de nuestra cultura como Pedro Infante, Sara Montiel, Tin Tan y Rosita Arenas, entre otros grandes protagonistas, resaltó Adrián Martagón, a propósito de la corta temporada.
Los asistentes podrán divertirse en un montaje de casi una hora con diversas escenas de improvisación que son justamente planeadas al momento, pero siempre recordando pesajes que se han visto ya en televisión.
Precisó que dentro de Yo soy Charro Improvisado se podrá ver un cine nostálgico de la época con música en vivo y en la cual ya contó con 6 funciones por lo que esperan llegar a 5 adicionales más; indicó que en cada función se juegan tres historias distintas, por lo que el público verá tres historias diferentes y la meta es llegar a 100 historias improvisadas.
Martagón puntualizó que el público los ha recibido de manera distinta, ya que la esencia es diferente a lo actual pues las personas de la tercera edad reconocen a la obra como a “un México que ya se fue”.
Precisó que quien vaya a ver la obra tendrán la experiencia del cine, ya que recibirán palomitas y un boleto, ambos con imágenes y diseños de los años 50s para proyectarse como si fuera una película.
Para recordar al célebre y gran actor Ignacio López Tarso, la última función de Yo soy un charro improvisado servirá de pretexto para homenajearle a través de un espectáculo que mostrará pinceladas de mágicas actuaciones que forman parte de un legado invaluable para los amantes del cine, teatro y la televisión; testigos de su gran trabajo actoral.