“Estamos preparados para que sea una experiencia muy linda”, comenta a La Jornada Estrella Araiza, directora general del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), el más longevo del país que ha echado pa’lante con las dificultades que conlleva adaptarse a una pospandemia, tener menos presupuesto para su logística y por ahí, uno que otro reto, como la huelga de guionistas de cine en Estados Unidos, donde provienen algunos de sus invitados.
Italia, país invitado
La edición 38 sigue adelante y abrirá con Asteroid City, cinta reciente del estadunidense Wes Anderson, además de dedicar sus funciones de gala a Raúl Padilla, presidente del patronato que organiza el festival, finado este año.
El encuentro, que se celebrará del 3 al 9 de junio, tendrá a Italia como país invitado de honor; es la tercera ocasión que el cine de esa nación lo es. También se rendirán honores a la actriz Arcelia Ramírez con el premio Mayahuel de Plata al Cine Mexicano. El Mayahuel Internacional será para el editor Roberto Perpignani, conocido por su trabajo en filmes como El cartero y El último tango en París, y quien además ofrecerá una charla. El director italiano Paolo Genovese también compartirá experiencias en una conferencia para la comunidad estudiantil y los profesionales que asisten al festival.
Hay que decir que la desaparición física de Raúl Padilla tuvo un peso. “Hay que lidiar con todo”, asegura Estrella Araiza. “Construíamos juntos y tenía alguien con quien rebotar cualquier idea, cualquier situación…”
Para honrarlo, se realizarán algunas actividades en su memoria dentro del FICG; se tendrá “una retrospectiva de las películas que él apoyó”. Se montará una exhibición de retratos del homenajeado y un acto bajo el nombre de Cartas a Raúl, donde el público podrá compartir recuerdos en torno a la figura del fundador del festival.
Estrella Araiza llevará el peso total del festival de Guadalajara pero está dispuesta “a aguantar” porque es un personaje orgánico de este paisaje.
Recordemos: Ella se inició siendo usuaria. Es decir, cuando estaba en la universidad era asistente continúa. Luego hizo su servicio social en el propio festival, y después comenzó a inmiscuirse de lleno tras su paso por la Unidad de Cine de la Universidad de Guadalajara, lo que le permitió conocer detalles de la logística de un acto como éste. Nunca pensó dirigir el festival. Cuando llegó la gestión de Iván Trujillo como director general, ella se sumó a su equipo como directora de industria y mercado, donde se dio cuenta de lo difícil que es concretar un encuentro de cine.
Reducción de apoyos
En esta edición del festival, se han reducido los días de actividades de este festín fílmico, además de que en la competencia de cine mexicano se contará sólo con 11 filmes, la mitad de lo que podía tenerse anteriormente. Esto obedece a las reducciones en el apoyo económico que proporcionan los gobiernos estatal y federal.
Ha sido difícil el camino, asegura Estrella. La Jornada le comenta qué le diría, o cómo explicaría la importancia de un festival de cine a las autoridades que redujeron sus apoyos.
“Lo mismo que he dicho. Que hay necesidad de incentivar talentos, de promover a nuevos cineastas y éso no es que ellos lo quieran o no hacer. Eso está en la ley. Con el gobierno estatal está el tema de que ellos consideran –o en elgún momento nos lo dijeron– que el festival no es el espacio ideal para ser semillero de nuevos talentos. Y esa es una opinión que también puede ser debatida. Afortunadamente con el gobierno estatal ha habido apertura en el sentido de que hemos podido –al menos– debatir la consideración de que no somos semilleros. Desarrollamos unas 30 películas en proyecto; siete cintas en construcción y nadie hace eso”.
Araiza señala: “En el caso del gobierno federal, el diálogo ha sido con el Instituto Mexicano de Cinematografía, con el que hemos sido honestos respecto a la situación. Entiendo muy bien que siguen ordenanzas de gobierno, pero sé que ellos también entienden lo que es el festival”.
Con reducciones de dinero, al final, argumenta Estrella Araiza, “los que padecerán, más que el festival, son las películas, el cine. Si vemos los catálogos de ediciones anteriores del encuentro de Guadalajara, teníamos unas 300 películas. Ahora, no llegamos a 200. Por otro lado, en la competencia para el premio Mezcal de Cine Mexicano, en otros años tuvimos hasta 23 cintas entre ficción y documental. Pero este año, sólo 11”.
No es que se haya producido menos cine mexicano, sino que el festival de Guadalajara “ya no las puede poner. Y eso afectará a cineastas”.
Pese a todo, “estamos en el camino”, afirma la titular, que en la conferencia de prensa para presentar al ágape de cine dejó en claro que eso “no será impedimento para hacer un gran festival, que sea semillero de proyectos”.
Entre otras actividades destacadas, habrá una exposición del ilustrador argentino Ricardo Liniers, quien diseñó el cartel para esta edición además Gustavo Cerati: 14 episodios sinfónicos, experiencia en realidad virtual en la que los espectadores disfrutarán de manera interactiva las canciones del músico argentino.
Entre las películas que competirán a lo mejor del cine mexicano, de documental y de ficción, están: Adolfo, de Sofía Auza; Amor y matemáticas, de Claudia Sainte-Luce; Heroico, de David Zonana; Martínez, de Lorena Padilla; Mujeres del alba, de Jimena Montemayor Loyo y, Rabia, de Jorge Michel Grau.
En el rubro de documental:Toshkua, de Ludovic Bonleux; Ch’ul be, senda sagrada, de Humberto Gómez Pérez; Kenya, de Gisela Delgadillo; La frontera invisible, de Mariana Flores Villalba y, Una jauría llamada Ernesto, de Everardo González.
Araiza compartió que Guillermo del Toro no asistirá, aunque tomará parte en el anuncio que se hará de las Becas Jenkins-Del Toro.