“¿Austeridad republicana?”, se indigna la cúpula del Poder Judicial de la Federación (PJF): “Aplíquese la ley (caso concreto del 127 constitucional) en los bueyes de mi compadre; aquí ni se les ocurra”, en el entendido de que siempre se ha servido con la cuchara más grande. Prueba de ello es que en los pasados 23 años el presupuesto asignado a dicho poder se incrementó 860 por ciento, con una inflación acumulada de 190 por ciento en igual periodo y una economía que a duras penas creció 2 por ciento como promedio anual.
De por sí esa información (Secretaría de Hacienda-Cámara de Diputados) resulta escalofriante, pero alcanza niveles de terror cuando se conoce que el PJF utiliza entre 80 y 89 centavos de cada peso presupuestal (depende del año fiscal) al pago de la nómina respectiva, con la destinada a la citada cúpula en primera línea.
Así, en esos 23 años, el presupuesto federal asignado al PJF creció 4.5 veces más que la inflación acumulada en el mismo periodo, y a pesar de ello mantiene un rezago espeluznante en materia de “procuración de justicia”; entre otras gracias, registra más de medio millón de expedientes sin solución.
Lo anterior se adereza con la información recientemente divulgada que da puntual cuenta de la comilona de la que gozan los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), los “vigilantes de la Constitución”, que son los primeros en violarla (ahí está el caso del artículo 127). Se trata de lo que los senadores de Morena denominaron los “40 privilegios” de que goza esa “casta” –familias incluidas–, es decir, los citados “servidores públicos”.
En la mañanera de ayer, el presidente López Obrador los detalló, desde los voluminosos sueldos, pasando por vehículos blindados de alta gama, renovables cada dos años, fideicomisos por 20 mil millones, abultados seguros de todo tipo (que incluyen las casas privadas de cada uno de los ministros, gastos médicos mayores hasta 30 millones de pesos, separación voluntaria por 20 millones), pensión vitalicia con casi la totalidad del sueldo, compra de medicamentos, equipos de seguridad y mucho más, todo con cargo al erario.
Al respecto, el mandatario contó una anécdota: “Hubo un ministro en el gobierno anterior (ya se fue) que se hizo cirugía plástica, y estaba en el quirófano y estaba también la esposa, y ella le dijo al cirujano plástico: ‘déjele la naricita como la del presidente Peña’; esto, con cargo al erario. No estoy mintiendo”. Entonces, dijo, “no son ejemplo de virtud moral, republicana y de austeridad”. Y como ejemplo puso el siguiente: “El sistema judicial mexicano es dos veces más oneroso que el de Estados Unidos, y mucho más ineficiente, y tres veces más que el de Alemania y España”. Pues bien, en esos 23 años, el presupuesto del PJF pasó (números cerrados) de 8 mil 76 millones de pesos al cierre de 2000 a 77 mil 545 millones en 2023, y en todos los sexenios involucrados los aumentos anuales fueron más que generosos.
Con Vicente Fox en Los Pinos, se incrementó 190 por ciento y el destinado al pago de servicios personales creció 223 por ciento. La inflación sexenal fue de 29 por ciento (Inegi). Así, el primero aumentó 6.55 veces más que el índice nacional de precios al consumidor y el segundo, 7.7.
Felipe Calderón, en sus seis años sentado en la residencia oficial, el presupuesto para el PJF aumentó 82 por ciento (de 23 mil 390 a 42 mil 583 millones de pesos), mientras el pago para servicios personales (con la cúpula del Consejo de la Judicatura y la SCJN a la cabeza) se incrementó 74 por ciento. La inflación sexenal fue de 28.22 por ciento.
Enrique Peña Nieto no varió: como todos los “servidores públicos” de primer nivel, los del Poder Judicial de la Federación se sirvieron con la cuchara más grande, y durante su gobierno el presupuesto para el PJF se incrementó 68 por ciento hasta sumar, en 2018, 71 mil 366 millones de pesos. De ese monto, 58 mil 510 millones se destinaron al pago de servicios personales (82 por ciento del total). La inflación sexenal fue de 27 por ciento.
Ya con Andrés Manuel López Obrador, en 2019 el presupuesto autorizado al PJF se redujo a 63 mil 656 millones de pesos, pero ese monto fue en aumento hasta que para 2023 se fijó en 77 mil 544 millones. La diferencia entre uno y otro monto es de 22 por ciento. En el presente año, para servicios personales se destinarán 86 centavos de cada peso presupuestal.
Las rebanadas del pastel
En resumidas cuentas, dice López Obrador, “no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
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